La Caravana migrante se acerca a un México con 7 feminicidios diarios
En busca de una mejor calidad de vida, la Caravana migrante intentará cruzar México para llegar a Estados Unidos.
Hablemos en femenino de la migración: Me estremece observar que la Caravana migrante ―con sus mujeres, sus niñas, niños, hombres y mayores― intenta atravesar por un territorio con la estadística de 7 feminicidios al día.
El problema, evidentemente, no es la migración, sino la crisis humanitaria que atraviesan diversos países en Centroamérica (y en otras latitudes) y la incapacidad de las administraciones para admitir un fallo en el sistema económico.
«Ojos congelados, espalda sudorosa. Mi familia está durmiendo en las vías del ferrocarril […] pero yo tengo que ganar este dinero», Gogol Bordello.
Algunas generaciones renuentes al cambio, nos han acusado a los «milenials» de ser demasiado sensibles; pero quizá no es que nuestros estómagos no aguanten el mismo estrés que ellos, quizá sí estamos experimentando una realidad más hostil.
Como feministas, también se nos ha acusado de querer dividir hasta movimientos sociales, pero las estadísticas y las lágrimas de las familias que siguen buscando a sus hijas, refuerzan la idea de que la división surge de la entraña de los agresores, así, en masculino y no de quienes a menudo padecen la violencia de género.
Aunque es cierto que la violencia ha acompañado cada etapa histórica de la humanidad, en la actualidad parece ser una realidad de la cual podemos enorgullecernos. El mismo feminicida serial de Ecatepec reiteró que «estaba bien y que lo volvería a hacer».
En Honduras, el país desde el que marcha esta Caravana migrante, cada siete de diez habitantes vive en pobreza. Por eso marcha la Caravana migrante, para abandonar un territorio en el que no son solventados sus derechos humanos.
En Honduras, cada 7 de 10 habitantes vive en pobreza.
Por eso no importa el riesgo que implica pisar un territorio con sus 43, su Masacre de San Fernando, sus tantos feminicidios. Las mujeres de la Caravana migrante intentarán atravesar un país con sus muchas alertas de género encendidas o renuentes a alumbrar el rastro de las desaparecidas.
Se enfrentarán a detenciones irregulares, tratos degradantes, robos, extorsiones, abuso de autoridad y, además, a diferencia de los hombres, a la violencia sexual.
Porque en esta frontera, si eres mujer, desde los 12 años puedes ser víctima de tráfico sexual y no volver a tus orígenes y no llegar a tu destino.
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Por Mimí Kitamura
HOY NOVEDADES/ BABAS DE REPTILIA