Este 9 de marzo cientos de mujeres protestan de forma pacífica pero contundente
En diversas empresas se otorgó el día a las empleadas, pero algunas serán sancionadas por su falta.
Hoy las calles están vacías, tranquilas, sin vida. Hoy las redes están en silencio, solas, justo como desde hace tiempo se han sentido aquellas mujeres que el día de hoy decidieron ausentarse para hacer sentir su falta; falta en lo laboral, en lo personal, en lo social y hasta en lo íntimo.
El día de hoy no está aquella amiga con la cual bromear, no está aquella mujer a la que agradecerle por salvarnos del hambre de la mañana con una torta de tamal; no está la taquillera que ―mal encarada o no― nos entrega ese papelito de $5 que nos permite llegar al trabajo día con día.
Hoy falta esa hermana que te hace reír con sus mensajes en horario laboral; falta la amiga que en Facebook te mata de risa con sus memes. Hoy no le llegó ese whats a esa chica con la que planeas la cita del fin de semana. Hoy faltan ellas, todas.
Pero aun así no pasa nada, pues aunque se nota su ausencia sabemos que están allí, vivas, calladas, pero vivas; mañana regresarán y todo volverá a la normalidad. Una normalidad que, por supuesto, incluye cientos de feminicidios como un día cualquiera; un día cualquiera lleno de acoso, de brechas salariales, de burlas hacia su naturaleza femenina, de menosprecias su trabajo.
En pocas palabras, un día como cualquier otro.
Y no nos engañemos, si este día cientos de mujeres faltaron a sus actividades, en parte fue por el permiso que se les otorgó en sus lugares de trabajo. Un permiso que ni siquiera tenía que ser pedido ni sancionado en caso de tomarlo.
Así, ¿de qué sirve una revelación «contra el sistema» con el permiso del mismo sistema? ¿En qué ayuda una ausencia laboral «con causa», si ésta se va a tener que reponer con horas extra, con un descuento o con una guardia de más?
¿De qué sirve demostrar la ausencia cuando se tiene que llenar un vale o un permiso para faltar? ¿A caso irse de pinta en la secundaria requiere de la aprobación de los padres y maestros? (por poner un ejemplo bastante bano, claro está).
Esperemos equivocarnos y que aquellas empresas «aliadas y solidarias con la causa», en verdad sientan el pesar y la denuncia de aquellas mujeres (que no ya empleadas o «asociadas», como se suele decir de forma más bonita) realizan el día de hoy.
Roguemos, en verdad roguemos, que estén con ellas y que no se estén colgando del estandarte para no verse como los malos del cuento.
HOY NOVEDADES/EN BOGA
