De los 32 estados que conforman a la República mexicana, en pocas entidades se realizaron manifestaciones en contra del asesinato de la corresponsal de La Jornada Miroslava Breach Velducea: Hermosillo, Ciudad Juárez, Monterrey y la Ciudad de México, por mencionar a algunas.
Y mientras en estas localidades se mostró el rechazo al brutal asesinato, las líneas de investigación no han mostrado avances, pues aunque se hayan dado a conocer imágenes del presunto culpable, sigue sin emitirse alguna orden de aprehensión.
De acuerdo con el diario La Jornada, Carlos Arturo Quintana «El 80», líder de La Línea, del cártel de Juárez es el probable autor intelectual del asesinato de la periodista; sin embargo no hay orden de aprehensión ni denuncias ciudadanas por un factor que parece expandirse en todo el territorio mexicano: el miedo.
Esta ceguera institucional provoca que el principal sospechoso de este asesinato continúe su vida tranquilamente, caminando por los poblados de Chihuahua, sin temer que las autoridades busquen ejercer la justicia como lo indican las leyes del país.
El ambiente de violencia que prevalece en el país, provocado por la lucha por el poder entre bandas delictivas y las propias instituciones políticas y miembros de algunos partidos, da pauta a las especulaciones que apuntan a que el homicidio de la periodista se relacione con un intento por desestabilizar el gobierno de Javier Corral Jurado.
La prueba que apunta a este razonamiento es la misma cartulina que fue dejada en la escena del crimen, y que señalaba a El 80 como responsable del suceso; sin embargo, algunas fuentes aseguran que esto es in intento por desviar la vista hacia al narcotráfico, una estrategia muy conocida desde que Felipe Calderón inició su tan criticada guerra contra el narcotráfico que, a la fecha, sigue generando daños colaterales.
Los últimos reportajes de Miroslava no apuntaban como tal al narcotráfico, sino a las administraciones de César Duarte y de Javier Corral, que evidentemente, vieron afectados sus intereses con lo que la periodista sacó a la luz.
Además, El 80 también está involucrado en este árbol genealógico de política y poder, pues su suegra, Silvia Mariscal Estrada fue postulada por el PRI como alcaldesa de Bachíniva, proceso que fue frustrado, precisamente por un trabajo de Miroslava.
El vínculo de El 80 con procesos políticos quedó registrado, incluso, en paredes de escuelas y lecherías, de ahí surgió el apodo. Pues acostumbraba a colocar leyendas, como en las campañas políticas que decían: «inversión: gobierno 20 por ciento, iniciativa privada 80 por ciento». Así que la relación en este crimen no es narcotráfico periodismo, sino: narcotráfico-político vs. periodismo.
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