Siempre se ha dicho que los niños y jóvenes son el futuro de nuestro país, no obstante nos hemos olvidado de dejarles herramientas, como una educación eficaz y una cultura de calidad, para que logren el cambio que siempre estamos pregonando en nuestra sociedad.
Lo único que seguro ya les dejamos es la cultura del narcotráfico y la violencia que ha ido incrementando de manera increíble.
Al respecto, el director general de prevención del delito y servicios a la comunidad en la Subprocuraduría de Derechos Humanos de la PGR, Pablo Vázquez Camacho, dio a conocer que en México hay alrededor de 300 mil jóvenes llamados «ninis» en riesgo de participar con el crimen organizado.
Es lamentable como por falta de oportunidades educativas, las cuales debemos, por derecho, tener todos los mexicanos, orillen tanto a los niños como a los jóvenes a irse por «el camino fácil» y como ahora está en boga la «narcocultura», vean viable integrarse a ese «campo laboral».
Lo anterior se sustenta con las estadísticas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), pues establecieron este año que alrededor de 30 mil niños y jóvenes en México trabajan para la delincuencia organizada en actividades que van desde la extorsión hasta el tráfico de personas.
Lo triste no es solo que los menores de edad ya se involucren con el «narco», sino que dicha actividad ya ha cobrado varias vidas.
Del 2010 al 2016, la lucha contra el crimen organizado dejó sin vida a 960 niños en todo el país y de acuerdo a las cifras recabadas por la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) la entidad más violenta fue Chihuahua con 206 decesos de menores de edad, seguida por Guerrero con 105 asesinatos.
¿Qué ha hecho el gobierno al respecto? Nada, el Estado está interesado en otros actos corruptivos y no se plantea la idea de invertir en proyectos productivos para sus adolescentes, ya que no ven a los jóvenes como un sector prioritario de atención, sino como un grupo vulnerable.
Pero no todo es la culpa de los gobernantes, la institución familia también ha fallado en el sentido de orientación, además de que en casa puede haber una influencia más o menos favorable, no obstante el cómo prevenir los comportamientos delictivos seguirá siendo un gran debate.
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