Aunque parezca pronto, los primeros cimientos rumbo a la disputa electoral que tendrá lugar en 2024 ha dado inicio. Diversos diarios han dado ya los primeros esbozos de los que consideran son los próximos precandidatos de Morena, el actual partido en funciones.
De las encuestas señaladas, se disparan en orden cuatro posibles candidatos, Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum, Ricardo Monreal y Tatiana Clouthier. Ante ello, es necesario revisar la trayectoria reciente de todos y cada uno de ellos con la finalidad de destacar el tipo de papel que desempeñan en el el transcurso del actual gobierno y con ello, revelar su posible progreso rumbo a la elección.
En la política hay personajes que son buenos ante las masas y otros más que lo son ante individuos, en el caso de Tatiana Clouthier es preciso señalar que su caso pertenece al segundo rubro, dado que su personalidad e ideología no la permiten amoldarse tan fácilmente a lo que otros impongan si no es bajo consenso.
En el caso de Ricardo Monreal, se trata de un político que ya ha sido mandatario en un estado. Sin embargo sus dotes son más legislativos, en donde se ha distinguido por sus dotes negociadores que, hasta ahora, han dejado a AMLO contento con su Guardia Nacional.
En el caso de Claudia Sheinbaum, es una funcionaria que está probando un segundo mandato como funcionaria elegida mediante comicios. En Tlalpan supo navegar aguas turbulentas; en la Ciudad de México, afronta el reto que significa mantener la estabilidad en la capital del país.
Los hechos con Marcelo Ebrard son muy distintos, él ya fue jefe de Gobierno de la Ciudad de México, sin embargo su administración no terminó del todo bien puesto que huyó a Europa al ser señalado por la comisión de distintos delitos en el marco de la construcción de la Línea 12 del Metro. Posterior a ello y una vez que AMLO ganó la presidencia, fue designado como secretario de Relaciones Exteriores.
Este cargo es de gran peso en el gobierno obradorista debido a los frecuentes roces con Estados Unidos y recientemente ante el mundo por los hechos ocurridos en Venezuela. La sugerencia de Ebrard fue mantenerse neutrales invocando al Mecanismo de Montevideo, hecho que ya roza en el desasosiego y la omisión, luego de que nuestro país se quedara solo en esa postura.
Si la presión de Ebrard hubiera sido más certera, posiblemente estaríamos viviendo su primera palomita como aspirante presidenciable pero no es así.
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