Se estima que en México solo hay un asesor financiero para cada 900 mil habitantes.

En los últimos tres años, México ha sido testigo de un espectacular crecimiento en el número de cuentas de inversión, aumentando en más del 1000%, según datos proporcionados por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). Este aumento en la participación de la población en el mercado de inversiones refleja un mayor interés en hacer crecer su patrimonio y asegurar su futuro financiero. Sin embargo, a pesar de este crecimiento, el país todavía enfrenta un desafío importante en la falta de asesores financieros, con solo un asesor por cada 900,000 habitantes.

En países como Estados Unidos y Brasil, los asesores financieros han sido una pieza fundamental para el bienestar financiero y el crecimiento económico de la población. Su contribución se extiende más allá de simplemente seleccionar las inversiones con mayores rendimientos, y su verdadero valor radica en brindar una asesoría integral y personalizada para cada individuo o empresa.

GBM, una institución financiera líder en el sector de inversiones, resalta la importancia crucial de los asesores financieros. Juan Carlos Herrera, Chief of Advisory and Investment Solutions en GBM, compara la función de un asesor financiero con la de un médico para el bienestar de la salud física. En este sentido, un asesor financiero es fundamental para el bienestar financiero de una persona o empresa, y su papel no debe subestimarse.

La estrategia de un asesor financiero efectivo abarca múltiples aspectos, que incluyen el manejo de inversiones, la planificación financiera, el coaching de comportamiento, la ubicación de activos, la implementación rentable, el rebalanceo y la estrategia de gasto. Cada uno de estos elementos es esencial para construir una cartera de inversión acorde a los objetivos y tolerancia al riesgo de cada inversionista.

Vanguard, una de las principales gestoras de fondos de inversión del mundo, realizó un estudio que demuestra el impacto positivo que tiene la asesoría financiera en la rentabilidad de la cartera del inversionista. Según el estudio, un asesor financiero puede agregar hasta un 3% de rendimiento anual al valor de la cartera del cliente. Aunque este aumento del 3% pueda parecer modesto a primera vista, su efecto compuesto a lo largo del tiempo es asombroso y puede marcar una gran diferencia en la riqueza acumulada por el inversionista.

Para ilustrar este punto, supongamos una inversión inicial de $100,000 que crece al 5% anual durante 20 años, lo que resultaría en $265,330. Ahora bien, si esa misma inversión crece al 8% anual (5% de crecimiento normal más el 3% adicional proporcionado por el asesor financiero), el valor se incrementaría a $466,096 después de 20 años. A medida que el tiempo avanza, la brecha se amplía aún más. Después de 30 años, la inversión con un crecimiento del 5% acumularía $432,194, mientras que la inversión con un crecimiento del 8% alcanzaría $1,006,266. Esto resalta el poder del interés compuesto y cómo la asesoría financiera puede marcar una diferencia significativa en el futuro financiero de una persona.

En la actualidad, con las inversiones más accesibles y una creciente conciencia sobre la importancia de planificar para el futuro, el acompañamiento de un asesor financiero se vuelve invaluable. Muchos inversionistas no tienen el tiempo ni la capacidad para adquirir un conocimiento avanzado o especializado en un corto período de tiempo, por lo que contar con la orientación de un experto puede marcar la diferencia entre el éxito financiero y el estancamiento.

El impresionante crecimiento de las cuentas de inversión en México es un indicio positivo del aumento del interés en asegurar un futuro financiero sólido. Sin embargo, para aprovechar al máximo estas oportunidades de inversión, es esencial reconocer la importancia de los asesores financieros. Su función va más allá de simplemente elegir inversiones; su propósito real radica en diseñar estrategias de inversión personalizadas, ayudar a los inversionistas a alcanzar sus metas financieras y, en última instancia, mejorar su bienestar financiero a lo largo del tiempo. Con el acompañamiento adecuado, los inversionistas pueden enfrentar con mayor confianza los desafíos del mercado y disfrutar de un futuro más próspero.