Donald Trump anunció aplicación de aranceles a México, Canadá y la UE.
Ni las respuestas de sus socios comerciales del TLCAN, ni las medidas que tomará la UE por la imposición de aranceles, parecen quitarle el sueño a Trump
En una muestra más de cómo hacer política con garrote, este día Donald Trump anunció la aplicación de aranceles a la importación, del 25 por ciento en el caso del acero y del 10 por ciento para el aluminio, tanto para sus socios comerciales del TLCAN (México y Canadá) como para los 28 países que integran la Unión Europea, situación que, palabras más, palabras menos, electrizó a toda la orbe.
Y es que el hombre naranja se aventó un paquete tremendo al enemistar, no solo con sus dos vecinos y potenciales compañeros comerciales, sino que también lanzó el petardo contra el bloque europeo, quienes por supuesto no tardaron en responder que tomarán medidas respecto a tan temeraria decisión, pero esto parece no quitarle el sueño al norteamericano.
Aunque Trump argumente que su medida obedece a que los trabajadores estadounidenses, en estos sectores, han sufrido por las condiciones adversas que imponen los acuerdos comerciales vigentes, la noticia que se volvió coyuntural este día va más allá de una medida proteccionista.
¿Por qué?, pues pareciera que aquél Estados Unidos de la negociación y los acuerdos comerciales internacionales está en un punto crucial y que la Casa Blanca poco a poco se llena de fisuras, pues a pesar de lo que diga el legislativo de EU, Trump y su política de amenazas ha llegado al tope, ya que aquella doctrina del fuerte y el débil, con la que el mandatario pelirrojo se batía en sus años de empresario, ahora la ha traspasado al campo de las relaciones internacionales de su país y claro está que, para él, todos los países son débiles.
Pese a que el gobierno mexicano, secretarías de Hacienda y Economía, respondieron con medidas de castigo en la importación de aceros planos, lámparas, embutidos y preparaciones alimenticias, uvas, arándanos, entre otras, con frialdad Donald J. asegura no haber conseguido concesiones por parte de sus socios comerciales, por lo que parece muy difícil que, de buenas a primeras, el mandatario se retracte de haber soltado la lengua.
De igual forma, al magnate le importó poco que Canadá también anunció que responderá a los aranceles con tarifas dólar por dólar y castigos a otros productos para proteger sus industrias, pues estos aranceles violan la disposición del TLCAN y de la Organización Mundial del Comercio.
Y aunque falta ver hasta dónde pueden extenderse las medidas que emprenderá la Unión Europea, es posible que ni eso llame la atención de Trump, vamos, a estas alturas parece que nada le aterra, ni siquiera el que en dos años no logre la reelección.
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