Dos consultas han permeado en los últimos días a la ciudadanía; seguridad y economía, son los rubros involucrados directamente.
Ahora más que nunca, Andrés Manuel López Obrador se ha visto más confiado del pueblo que de costumbre. En ninguna etapa de su carrera política se ha había visto tal optimismo a las decisiones que los mexicanos pudiéramos tomar como ahora, que justamente el tabasqueño ha sido electo mediante el voto el pasado primero de julio.
Los temas primordiales de nuestro país se han sometido a consulta popular, lo es así la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México y es así en lo relativo a la seguridad nacional.
Es posible que los mexicanos no sepamos qué hacer con esta nueva facultad, que de buenas a primeras, nos han asignado. «El pueblo es sabio», dice el tabasqueño cada que los empresarios lo señalan por pedir la opinión de la ciudadanía. Esta carencia en la capacidad de mando que hemos demostrado, hasta ahora no ha tenido hechos que lamentar, pero se presta para varias lecturas.
En primera instancia, se trata de datos, que podrán respaldar o no el actuar del titular del ejecutivo. En segundo plano, se puede observar, ―en cuanto a los Foros de pacificación se refiere― el profundo dolor que la población en general, contiene. Aunque los datos estén ahí, es muy posible que López Obrador opte por cargar la mano del lado que le conviene, que seguramente será la del «perdón sí, olvido no».
Y es que el problema no es tan sencillo como parece. Falta empatía en este tema y ha sido tema de crítica, ―hasta el cansancio― por parte de las víctimas. Javier Sicilia, los padres de Ayotzinapa, los padres de los niños de la Guardería ABC, son tan solo los más vigentes en este sentido.
Cosa distinta, y caos distinto, podría ser la consulta por el NAIM, en donde se vislumbran varias posibilidades pero ante todo, la de la desorganización. Si bien este ejercicio es promovido con buenas intenciones, las consecuencias podrían ser desastrosas. La economía no es un rubro cualquiera, es de armas tomar y todo por el poder que gobiernos anteriores le han dado a los empresarios.
Ante la jornada democrática que inicia hoy, se ve en el horizonte un panorama turbio, en el que habrá vencido y vencedor. Históricamente, conocemos el relato de los vencedores, será lo que trascienda. Más tarde, rumbo al final del sexenio del tabasqueño, seguramente veremos lejanos a los ejidatarios que marcharon con machete en mano para exigir el respeto a sus tierras, cuya afrenta data desde finales del siglo pasado.
Como pueblo, hemos errado el camino en muchas ocasiones. No hemos alcanzado a asimilar nuestra responsabilidad en este país y todo lo que le acontece. Si acaso, esta sería la lección que nos dejará tanta consulta.
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