Sucesos presenciados en el sexenio que corrió de 1988 a 1994 han tenido impacto en la vida reciente del país.
Salinas de Gortari y Peña Nieto, uno consecuencia del otro a pesar de estar separados por tres sexenios y alternancia política.
México se acerca a lo que serán sus decimoquintas elecciones en su historia, esto hablando en términos de gestiones con duración de seis años o Plan Sexenal, como lo estableció Lázaro Cárdenas en 1934.
Si bien la política está presente en todos los ámbitos de una sociedad, nuestra memoria se remite a hechos políticos que se suscitaron justamente en jornadas electorales presidenciales.
El padrino político de Enrique Peña Nieto, Carlos Salinas de Gortari, terminó su sexenio con marcados problemas sociales: el levantamiento zapatista, la gestación de la devaluación del peso, el nacimiento de un Tratado de Libre Comercio de América del Norte, asesinatos políticos como el de Luis Donaldo Colosio ―recientemente conmemorado―, el de Francisco Ruiz Massieu, sumándose el del Cardenal Juan Jesús Posadas, etcétera.
Mientras que en el sexenio de Peña, la cosa no es muy distinta. Nos enfrentamos a una depreciación del peso, nos encontramos ante un resurgimiento del movimiento indigenista encabezado por el EZLN, pero con la variante de que ahora la movilización es completamente pacífica y apegada a la norma institucional marcada por el INE. La alianza entre los países que conforman el bloque norteamericano ven peligrar sus convenios económicos y la violencia ha escalado a términos inimaginables, siendo un periodo en el que se ha registrado el mayor número de ataques a candidatos a alcaldías, principalmente.
La memoria política pues, marcará estos comicios a poco menos de 100 días de que se lleven a cabo. Los hechos en el sexenio de Salinas de Gortari, terminaron por marcar la gestión que la sucedió y, con ello, dar pie a la alternancia partidista en Los Pinos. Situación similar es vislumbrada al finalizar la gestión en curso, la variable es que la mala fama del PRI ha perseguido al candidato Pepe Meade, que se encuentra en un tercer lugar en las encuestas de preferencia electoral con miras a ser alcanzado por la aspirante independiente Margarita Zavala, quien seguramente repuntará en cuanto el INE le dé luz verde para iniciar con su campaña.
El país se encuentra nuevamente en disputa, más que de sistemas políticos, de instituciones que tienen más similitudes que diferencias. He ahí lo señalado por el periodista Heriberto Yépez, quien ha desmenuzado la propuesta obradorista para evidenciar que su plataforma congrega ideas, conceptos y términos usados por aquellos a quienes criticó en determinado momento: militarización, continuidad de elementos propios del neoliberalismo, etc. Del resto de candidatos, ni qué decir, sus insultos, retos e ideas, son casi las mismas.
Regresando a Zavala, lejos de ser una amenaza para el PRI, lo es para el candidato de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya, a quien la ex primera dama seguramente le sabe una docena de chismes que verán la luz en cuanto ambos aspirantes puedan verse las caras en los debates organizados por la autoridad electoral.
Hablando de debates, los candidatos del tricolor y el blanquiazul recientemente retaron a López Obrador para debatir en otros espacios, es decir, en programas de televisión y frente a banqueros o empresarios, políticos y asociaciones como si los tres debates que organiza el INE, no fueran suficientes para contrastar ideas. Más bien, ambos aspirantes buscan un tropiezo del tabasqueño, que se ve más fuerte que en otros procesos electorales, y que solo atina a señalar que si Meade y Anaya quieren hablar, que lo hagan pero ante el Ministerio Público.
Los proyectos de nación son ampliamente cuestionables, pero en términos de negociación política, quien ha aprendido de las derrotas y se ve más entero, en días previos de iniciar la campaña, es López Obrador. Muestra de ello es que Fox, a pesar de ser un político «muerto», lo busca usando términos bajos, propios de una personalidad irrisoria y poco seria.
Nuevos escándalos veremos y leeremos en los siguientes días, hasta ahora, los candidatos han estado muy callados, gestando defensas o ataques, ideando estrategias o negocios, pactando o calculando sus próximos movimientos, viéndose ganadores o especulando sobre su futuro.
Por: César J.G.
HOY NOVEDADES/LIBRE OPINIÓN