En 2010, Tzvetan Todorov declaró para El País, que el miedo a la inmigración sería uno de los principales problemas del siglo XXI; y justo comenzamos el 2017, con la noticia de que Donald Trump, un magnate que basó su campaña electoral en falacias contra la migración, llegó a la presidencia de Estados Unidos, emitió un veto migratorio y aumentó el número de deportaciones a México.
Durante muchos años el Sueño Americano estuvo presente en el imaginario del mexicano, que ante las pocas oportunidades de trabajo que les ofrecía México, viajaban a Estados Unidos, con la esperanza de poder ganar mejores sueldos y mantener a sus familias. A la fecha, aunque las cifras indiquen que la migración ha disminuido, el contexto es similar, en México hay pocas oportunidades laborales, y las pocas son mal pagadas.
En este contexto, con la violencia desatada, la inseguridad, los casos de corrupción a nivel federal, estatal y municipal, los feminicidios, las pocas oportunidades laborales y la crisis educativa, han aumentado el número de deportaciones, y los connacionales afectados, vuelven a pisar territorio mexicano con un panorama, quizá más desalentador que el que dejaron en el pasado.
Desde hace tiempo, cada martes y jueves aterrizaban aviones con pasajeros que eran deportados; pero a partir del lunes 30 de enero, aumentó un vuelo con 135 pasajeros. Destaca que hasta el día de ayer, 7 de febrero de 2016, aunque los vuelos se realizaban cada semana, el presidente Enrique Peña Nieto se acercó para dar la bienvenida a los connacionales deportados.
Los rostros que fueron recibidos en el aeropuerto no eran de felicidad y esperanza, en su mayoría lucían enojados y tristes, porque no han vuelto a un hogar, muchos de ellos tuvieron que abandonar a sus familias en Estados Unidos, por el simple hecho de no tener un papel que asegure su pertenencia a un territorio.
Con estas deportaciones que se han hecho más evidentes por la cobertura mediática y porque el mismo Trump se jacta de ellas en sus redes sociales, el gobierno federal pondrá en marcha apoyos para que los connacionales encuentren empleo, pero ¿qué tipo de empleos les ofrecerán en México?, y ¿el salario mínimo les servirá para cubrir sus necesidades y las de sus familias en Estados Unidos?, porque la canasta básica, en México, aumenta, no así los salarios que son prácticamente antónimos de los salarios mensuales que ganan los funcionarios públicos.
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