De acuerdo con Claudia Viascán Castillo, vocera de la editorial argentina La Crujía, el objetivo de la propiedad intelectual es que los creadores de las obras se encuentren protegidos, tanto en derechos morales, como patrimoniales. En el contexto de la Semana del Libro Argentino en México, Castillo informó en entrevista exclusiva para NotiPress, abogados y otros expertos en la materia buscan nuevas medidas para la protección de los productos e inversores, especialmente ante la distribución de formatos como el libro electrónico (ebook).
Según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), los derechos de autor son un marco jurídico para proteger ideas, procedimientos y productos de su reproducción no autorizada. La legislación establece en términos generales que los productos incluidos son: obras literarias, programas informáticos, bases de datos, obras artísticas y de diseño, arquitectura, anuncios, mapas y dibujos técnicos.
Así, el proceso para introducir una obra literaria desde la propiedad intelectual ocurre tras el trabajo de selección editorial. Antes de encontrarse listo para su publicación y distribución, el libro requiere pasar por formalismos del marco jurídico.
En derecho de autor, la obra está protegida desde que nace; sin embargo, por formalismos, hay que registrarla para cualquier tipo de demanda ante el futuro, como plagio o distribución ilegal”, reiteró Castillo.
Con respecto a los contratos y permisos, La Crujía informó que estos pueden incluir una sesión de derechos y otro tipo de autorizaciones. En el caso de Argentina, esto se realiza desde la Dirección Nacional del Derecho de Autor (DNDA), mientras que en el caso de México depende del organismo Indautor.
No obstante, la vocera editorial informó que las personas han buscado nuevas maneras de saltarse los derechos de autor y distribuir la propiedad intelectual. Entre estos canales, destacan los formatos del libro electrónico (ebook), como en el caso del ePUB y PDF, mismos que son de las presentaciones más populares del ebook según uLab.
Cifras de Statista Consumer Insights informaron que el consumo de libros electrónicos en México se encuentra en una proporción similar al de los libros en formato impreso. Según la encuesta de 2023 consultada por NotiPress, 44% de la población lectora prefiere los libros en físico, mientras que la preferencia digital se encuentra en 40%.
La posibilidad de distribuir los libros en diferentes formatos representa un reto para la protección de productos en materia de propiedad intelectual, señaló la vocera de La Crujía. En este contexto, agregó que los costos de producción y contratos de derechos de autor no son fijos, y pueden ser acordados entre inversores, editoriales, y autores. Ejemplo de ello son los costos de promoción de libros, que pueden ser a cuenta del propio autor, así como los acuerdos con las casas editoriales y canales de venta electrónicos.
Cabe señalar, el tema de la piratería en el consumo de productos culturales ha sido objeto de estudio por diversas empresas y organizaciones. Si bien los canales de distribución y la inmediatez del internet han generado vías para saltar los derechos de propiedad intelectual, la Unión Europea señaló: las personas que consiguen productos no autorizados son consumidores ávidos de mercancías legales.
Un estudio de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), compartido por la red especializada en propiedad intelectual, TorrentFreak, demostró que 60% de las personas que adquieren piratería también consumen mediante los canales legales. Por ello, como productos de la industria editorial, los libros pueden aprovechar el clima de interés por el consumo como una manera de impulsar su propia producción editorial.
Crédito: Sergio F Cara (NotiPress)
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