Se registraron los niveles de contaminación más bajos en 20 años, según GreenPeace.
Un informe realizado por esta organización reveló que durante los días de desabasto de combustibles se respiró aire bajo estándares de la OMS.
De acuerdo con el informe La verdadera consecuencia del desabasto de gasolina realizado por GreenPeace, durante el periodo de desabasto del combustible sucedido el pasado mes de enero, el nivel de contaminantes en la Ciudad de México se colocó por debajo de los límites máximos establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el documento, la organización internacional con oficinas en nuestro país indica que «la Ciudad de México es una de las mega ciudades más contaminadas en Latinoamérica y es uno de los lugares en el mundo donde se respiran más partículas y gases para la salud». Además, destaca que a partir de 2007, las estrategias implementadas en la capital para disminuir las partículas contaminantes no han surtido efecto, tal y como lo ha sido la implementación y diversas modificaciones que trae consigo el programa Hoy No circula.
El estudio realizado por el investigador Jorge García Franco ―estudiante del departamento de Física de la Universidad de Oxford― contempla la revisión estadística de las concentraciones contaminantes en 18 estaciones del Sistema de Monitoreo Atmosférico de la Ciudad de México de los últimos 20 años y, durante el pasado desabasto, observó una disminución en cinco contaminantes: óxidos de nitrógeno NOx (NO+NO2), monóxido de carbono (CO) y material particulado menor a 2.5 y 10 micrómetros (PM2.5 y PM10 ).
De acuerdo con la valoración de la disminución, por primera vez en 20 años, se respiró en la Ciudad de México aire que cumplía con los estándares de la OMS en más del 80 por ciento de los días que comprendieron del 8 al 26 de enero de este año.
El informe detalla que en el caso del monóxido de carbono y los óxidos de nitrógeno fueron menores a los presentados en dos décadas. Sin embargo, también se observa que la concentración de ozono aumentó a uno de sus niveles más altos en los últimos años, «lo que enfatiza la necesidad de considerar la compleja química atmosférica en las estrategias para mitigar emisiones».
Este documento concluye indicando que esto «fundamenta nuestra exigencia de mejorar y ampliar la infraestructura de transporte público, principalmente eléctrico, y no motorizado, con el objetivo de mejorar el aire que respiramos y reducir las emisiones de GEI que se generar por la forma en que nos movemos en las ciudades».
HOY NOVEDADES/CDMX