Si alguien se preguntaba si la coalición entre el PAN y el PRD volvería a funcionar luego del anuncio del frente amplio, realizado por los dirigentes nacionales de ambos partidos, Ricardo Anaya y Alejandra Barrales, los resultados de las elecciones en Nayarit son el claro ejemplo de lo que se busca en 2018.
En el año de 1999, se celebraron elecciones en Nayarit, en aquel entonces, el gobernador era Rigoberto Ochoa Zaragoza, «hombre de partido», como quien dice. De carrera política iniciada en la CTM y por ello, hombre con fuerza política. En aquel entonces sucedió lo impensable, ya que ese mismo año, el candidato de la misma coalición PAN-PRD, era Antonio Echavarría Domínguez, padre de quien ahora es el virtual ganador de las elecciones en ese mismo estado, militante del mismo partido, ganador de la misma alianza: Antonio Echevarría García.
Se podría decir que en esta entidad, las cosas se dieron fácilmente para la coalición, ya que de acuerdo al Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), Echevarría encabezó las preferencias situándose cerca de 12 puntos por encima de su mayor contendiente, Manuel Humberto Cota Jiménez, del PRI; mientras que el tercer y cuarto sitio se lo pelean Miguel Ángel Navarro Quintero de Morena e Hilario Ramírez Villanueva, mejor conocido como «Layín» y quién entró a la contienda sin afiliación política.
El estado de Nayarit cuenta con una población de un millón 181 mil 050 habitantes, quienes el fin de semana tenían que haberse presentado en las casillas del estado para votar y elegir gobernador, 20 alcaldes, 18 diputados de mayoría relativa y 12 de representación proporcional, sin embargo se puede decir que en la entidad el ganador no fue el candidato de la alianza PAN-PRD, sino el abstencionismo.
De acuerdo con diversos reportes de medios de comunicación locales, así como los presentados por el presidente del Instituto Electoral del Estado de Nayarit, Celso Valderrama Delgado, siendo las 17:30 horas, a media hora del cierre de casillas en la entidad, solo el 35 por ciento de los votantes había acudido a las urnas.
Ante el escepticismo del presidente de la institución electoral, informó que esperaba que en media hora, fuera a votar el 60 por ciento de la población.
En fin, con la victoria de Echevarría, se da una victoria política para los partidos que decidieron unirse, ya que dicha estrategia les ha dado resultados sobresalientes, quitándole gubernaturas al PRI en entidades de tradición tricolor. Una de ellas es Veracruz, en donde sacaron al partido hegemónico nacional quien mantenía su presencia en el estado y parecía que no la soltaría.
Sin duda, este mapa político favorecerá el frente amplio, sin embargo, no es por sembrar dudas, ni nada, pero ya llegará el político o las fracciones políticas que inicien la discordia entre ambas instituciones y entonces, el más perjudicado será el PRD, quien por militancia no ha logrado establecerse en ninguna entidad.
Por César J.G.
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