Los negocios cannábicos suelen ponerse de moda cada vez que un país empieza a transitar el camino de la legalización del cannabis. Algunos negocios prosperan más y otros, por falta de planificación o visión, quedan relegados. La no diversificación, como en cualquier tipo de negocio, suele ser el talón de Aquiles de los emprendedores y sumado a descuidos de cómo cubrir costos, puede hacer inviable la sostenibilidad de un negocio cannábico.
Como en cualquier actividad empresarial, la planificación es crucial para optimizar costos y llevar a buen puerto un negocio cannábico. Por ejemplo, en el negocio de los cultivos, impera definir si serán en invernaderos o en exterior, el clima del lugar seleccionado y el nivel de automatización. Avanzar sin un plan de negocios detallado podría incurrir en un costo extra de gasto energético o enfermedades en las plantas, algo que podría llevar a una menor producción.
Materia prima
Lo más común en los negocios cannábicos es producir la flor para su consumo directo y los clubes cannábicos son los primeros en aparecer en escena. En este caso, se produce materia prima para uso inmediato. Así operan dispensarios que comercializan la hierba mágica o concentrados. El estado de Nevada en Estados Unidos autorizó el consumo de marihuana de uso recreativo en 2017 y una persona puede comprar hasta una onza de la flor (28 gramos) o cultivar legalmente plantas.
México permite vía un permiso de la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) el cultivo y consumo personal de cannabis de uso recreativo. También está regulado el cannabis medicinal, donde la materia prima debe ser importada debido a que su cultivo no se ha autorizado de manera general y solo empresas que gestionan amparos judiciales tienen posibilidad de cultivar. Pero luego no hay bancos de semillas y esto complica las cosas porque, nuevamente, deben ser importadas.
En Latinoamérica, Argentina es la nación que viene alentando los negocios cannábicos mediante la regulación. Las autoridades del país del sur promovieron las primeras semillas locales y también se autorizaron semillas de empresas privadas, todas con genética argentina. Por supuesto, existen contrastes cannábicos entre Argentina y México.
Turismo cannábico al estilo vino de altura
Según el portal El Planteo, la empresa Inkillay Genetics, dedicada al perfeccionamiento de cultivos de cannabis, decidieron crear el concepto de cannabis de altura. Lo primero fue encontrar un lugar con un clima lo suficientemente seco y con el mayor potencial solar. Con estos elementos en mente y en una zona montañosa a 800 metros sobre el nivel del mar, automatizaron el primer invernadero. Esto les permitió cultivos libres de pesticidas y sin gastos de energía.
Facundo Posse Kortsarz, vocero de la empresa ubicada en Tafí del Valle, Tucumán, explicó en entrevista, “La altitud le da una expresión regional al cannabis y a nuestra empresa, que está centrada en el cultivo de altura”. La empresa busca exportar, pero primero tiene planeado desarrollar el mercado local a partir de una experiencia similar al vino de altura, aplicado al cannabis. Con esto, da comienzo un negocio sostenible en términos económicos. Hay otras experiencias cannábicas interesantes para los amantes de esta hierba milenaria.