DONALD TRUMP, LA PIEDRITA QUE TRUNCA LAS RELACIONES ENTRE ESTADOS UNIDOS Y CUBA

Si algo logró Barack Obama fue fortalecer a su país, sobre todo ante los ojos del resto del mundo. Vendió la idea de que estados Unidos estaba cambiando, que sería un país que propusiera y que fuera punta de lanza ante los temas más adversos, quitando claro la guerra contra el estado Islámico.

Fue así que Obama, echó a andar varias leyes que no habrían sido aprobadas por el Congreso de no haber sido lo suficientemente sólidas. Entre las acciones que mejor fueron vistas, ya rumbo al final de su gestión presidencial, fue la reanudación de la relación bilateral con Cuba.

Obviamente ambos países cambiaron mucho, desde el comienzo de su bloqueo comercial en la segunda mitad del siglo pasado y hasta ahora. Si bien se dice que hubo mediadores para que la relación se estableciera de nueva cuenta, siendo estos el Papa Francisco y Canadá, la situación no se podría haber dado si las condiciones de ortodoxia por parte de los mandatarios de ambos partidos no se  hubieran flexibilizado.

Así, encontramos a un Raúl Castro, que asumió el poder luego de que su hermana Fidel muriera en 2013. Por otro lado encontramos a un Barack Obama que se encontraba en disposición para que Estados Unidos tuviera más apertura. Como consecuencia en diciembre de 2014 se recibió la noticia de que ambos países, acérrimos rivales de casi toda la vida, tendrían relaciones diplomáticas.

Sin embrago, fue fácil darse cuenta de que la sociedad estadounidense no estaba tan conforme con ello, ya que durante las elecciones de 2016, eligieron a un empresario con características poco comunes y cuya opinión respecto a los problemas mundiales era de incredulidad.

Donald Trump asumió el poder y con ello, Obama vio caer en muy poco tiempo las medidas que a él y a su país le costó tanto echar a andar.

En los últimos meses hemos visto caer el Pacto de Paris, el cual tocaba temas a nivel ambiental y en el cual se planteaban situaciones interesantes respecto a la lucha para reducir las emisiones de Dióxido de Carbono, en donde Estados Unidos era el primero en la lista de países contaminantes.

Otro proyecto que se ha ido desmoronando poco a poco es el «Obamacare», programa que luchaba por hacer más barato y más fácilmente asequible el cuidado de salud para una variedad de norteamericanos.

Ahora, ambos países enfrentan un embate más de las malas decisiones por parte de Donald Trump, ya que el fin de semana, simplemente decidió cortar de tajo las  relaciones diplomáticas con cuba, situación que ha sido vista por especialistas como un gran retroceso, ya que se fortalece la desconfianza de quienes ya desconfiaban en Washington.

Otros ven en esta situación como algo benéfico, ya que recientemente Raúl Castro, convocó a elecciones para que se elija a quien los sucederá en el poder. Esto, deja ver una pequeña apertura hacia la democracia en Cuba, aprendiendo muy bien de lo que no se debe hacer con base en un análisis del fenómeno venezolano. La otra cara de esto, es que se daría apertura a la implementación de nuevos modelos que podrían inmiscuirse dentro de la política interna del país.

Así, Donald Trump dijo que las medidas que busca implementar en contra de la isla, tiene que ver con la rendición de cuentas por parte de los castristas. “Vamos a empoderar al pueblo cubano y hacer que el régimen rinda cuentas”.

Como respuesta, el presidente cubano dijo que Cualquier estrategia dirigida a cambiar el sistema político, económico y social en Cuba, ya sea la que pretenda lograrlo a través de presiones e imposiciones, o empleando métodos más sutiles, estará condenada al fracaso».

Así, podríamos estar de nueva cuenta ante un periodo de hostilidades entre ambos países, en donde es difícil percibir una buena relación en un corto plazo.

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