Obrador y su pelea infinita con la prensa «opositora»
AMLO ya no lee Proceso, porque «no se portaron bien con nosotros».
El presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a enfrascarse en una discusión con uno de los reporteros que cubría su conferencia de prensa matutina, el comunicador en cuestión fue el periodista Arturo Rodríguez, de la revista Proceso, quien le recordó al mandatario que «no es papel de los medios portarse bien con nadie».
Las palabras de Rodríguez respondieron a los señalamientos de Obrador, pues este afirmó que la revista fundada por Julio Scherer «no se portó bien con nosotros» y cuestionó la «comodidad» al autocalificarse como «periodismo independiente» y no tomar partido en la llamada Cuarta Transformación.
El presidente recordó el papel de Francisco Zarco y los hermanos Flores Magón en las «transformaciones» del país, buenos periodistas de la historia, dijo, «Todos han tomado partido». Según Obrador, el papel del periodismo, además de «analizar la realidad, criticar la realidad pero sin transformarla», es editorializar (atreverse pues) a declinarse por un bando en la historia a través de esa crítica y voraz que nunca, por supuesto, sea en contra de la 4T.
En sus poco más de seis meses en el cargo, el presidente Obrador ha agotado el argumento de que recibió un país con muy malas costumbres y prácticas políticas, desde corrupción hasta violaciones a derechos humanos, algo que lo ha orillado a encararse con quienes no concuerdan con su administración y a quienes de inmediato les revira no haber hecho nada mientras «la mafia del poder» se dedicaba a saquear al país.
«Por eso, desde que murió Julio Scherer, lo leo poco (a Proceso)», señaló el mandatario que extendió su disgusto hacia el Reforma, Financial Times y Sin Embargo, sin hablar de las calificadoras que han rebajado las perspectivas de crecimiento del país y en general a cualquier individuo, nacional o extranjero, que ose no sumarse a la 4T.
El presidente recuerda que el país está en cambio y a cambio exige el alineamiento de periodistas, especialistas y pobladores a su causa, pide (otra vez, como sucedió en las urnas) apoyarlo casi a ciegas, sin entender que la contienda electoral culminó hace más de un año y que mientras él hablaba, los resultados en delincuencia, crimen organizado, violencia, homicidios, tráfico de drogas, pobreza, salud, educación, empleo y corrupción siguen en números rojos.
Tan solo el viernes pasado se registró el asesinato de Zenaida Pulido Lombera, activista y defensora de derechos humanos, sus restos fueron encontrados por policías de Michoacán. Su muerte, según informaron las autoridades, se debió a un ataque orquestado por una organización criminal. Ojalá alguien le recuerde a AMLO que ya es presidente de México.
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