Por: César J.G.
El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, en su mensaje con motivo del día del maestro, no se equivoca al señalar que los maestros hoy más que nunca se encuentran insertos en la vida política nacional. Tampoco erra en señalar que los docentes representan la influencia más grande para el estudiantado.
Hasta diciembre de 2016, la Secretaría de Educación Pública había señalado que al momento, 292 mil maestros habían sido evaluados, sin embargo, meses antes, las cifras indicaban que por cada 10 docentes sometidos a evaluación, solo 5 tenían un desempeño de «bueno» a «excelente» .
Los maestros, sin duda, han aparecido en el ojo mediático únicamente para mal, aquí entra el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación a decir, «¿Qué pasó? si nosotros nos portamos bien, no pateamos el pesebre y nos dejamos evaluar sin cuestionar (lo cual, de inicio, va en contra de lo que supuestamente plantea la reforma educativa)».
¿Cómo pretendemos que los maestros sigan influenciando a los alumnos si de entrada, con las reformas se intenta «cuadrar» mentes?
De acuerdo con lo señalado por el secretario de educación, Aurelio Nuño Meyer, la idea con el «aprender a aprender» es verificar la noción que los docentes y los estudiantes tienen sobre lo que es el aprendizaje; así mismo, implica enseñar a los alumnos a regular sus propios procesos de aprendizaje, supervisar sus resultados y reflexionar sobre lo aprendido y prestar atención a la dimensión emocional.
Las anteriores, son situaciones que un profesor puede manejar a la perfección, salvo algunas excepciones, sin embargo vuelve a tela de juicio el quién quiere realizar estas evaluaciones: un titular de la dependencia educativa que dice «ler», un presidente que para lograr implementar una reforma, tiene que recurrir a la traición y al juego político para encarcelar a quien en algún momento fuera su amiga.
Efectivamente, los maestros siguen siendo motivo de inspiración, ahí tenemos al «Maestro de América», Justo Sierra; a la maestra Rosaura Zapata, verdadera innovadora de la educación preescolar en México; al líder sindical, con quien iniciaron las disidencias en los años 50s, Othón Salazar; ahí tenemos a los líderes sindicales y guerrilleros Lucio Cabañas y Genaro Vázquez.
Algo debe quedar claro, la política mexicana se ha encargado de desprestigiar esta labor. No por nada se inventaron versiones inverosímiles respecto a los normalistas de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa (escuela que por cierto, lleva el nombre de otro gran maestro).
El INEE de nuevo acierta, los maestros, hoy más que nunca son relevantes para la política nacional, ya que muchos sindicatos están al pendiente de los movimientos que se deban realizar en los estados en los que hay elecciones, siendo el Estado de México la gran panacea, en donde por cierto, una de las candidatas es maestra.
HOY NOVEDADES/LO DE HOY