La situación político-económica que viven actualmente México y Estados Unidos es un auténtico volado. Y la moneda sigue en el aire: girando incesantemente y con la incertidumbre de saber qué cara mirará al Sol. Este azar se comienza a reflejar.
La política nacionalista y proteccionista que está por asumir Estados Unidos por orden de Donald Trump está comenzando a mostrar sus primeras consecuencias. Ahora la empresa japonesa Nisshinbo dio marcha atrás en la planta que deseaba implementar en nuestro país.
La revisión y renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) fue la principal causa por la que Nisshinbo (el líder a nivel mundial en fabricación de materiales de fricción para frenos) tomó la decisión.
La política estadounidense «América primero» entorpecería el flujo económico que los japoneses tenían previsto obtener con la inversión que se realizaría en nuestro país. Situación que no fue vista con buenos ojos.
Takayoshi Okugawa, director ejecutivo de la empresa nipona, declaró que el proyecto que tenían en puerta en nuestro país se vino abajo. En un principio, México fue la primera opción de la compañía oriental debido a que representa un fuerte nicho de fabricantes de automóviles. Ante esta noticia, ahora es Estados Unidos quien se perfila como la principal candidata a recibir la planta de Nisshinbo. A pesar del incremento sustancial en costos laborales.
Si bien es cierto que hay empresas que seguirán invirtiendo en México pese a la inestable situación bilateral, también está la otra cara de la moneda, en la que de a poco las inversiones tendrán más obstáculos para ser concretadas. ¿Águila o sol?
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