Cuando se creía que no enfrentaríamos a más golpes por falta de presupuesto en el ámbito cultural, Cinema23 anuncia la cancelación de los Premios Fénix, cuya congregación de lo audiovisual reunía a un sinnúmero de integrantes de la familia del cine nacional y extranjeros, teniendo como punto de reunión México.
La noticia es grave puesto que nuestro país ofrece una serie de cineastas que desglosan la realidad mexicana mediante el documental y la ficción y que además, son reconocidos a escala mundial por sus formas de contar historias. En su última edición pudimos apreciar lo mejor del 2017 y 2018 a través de piezas cinematográficas que no solo obtuvieron un reconocimiento en esta gala, sino que fueron reconocidos en festivales de la talla de Cannes y Berlín.
La AMACC recriminó la decisión, puesto que este festival aportaba algo más que una mirada a nuestro cine, brindaba al espectador la capacidad de mirar lo que se hace en Iberoamérica y estrechar lazos, puesto que han más afinidad que dispersión en las maneras de desarrollar el arte narrativo cinematográfico.
Queda claro que la falta de seriedad del proyecto de nación implementado por el Gobierno federal pone en entredicho su compromiso con la cultura. No cabe dentro de su concepción de país la imposición del cine como base del cambio social y coadyuvador para la formación de tejido social.
La cancelación de los Premios Fénix tira a la basura el trabajo realizado durante cinco años en el que organizadores y promotores han dejado su mayor empeño por hacer del cine un «deporte nacional». Empero, las autoridades solo se enfocan en glorificar el producto mexicano que consigue logros en el extranjero pero no es capaz de ver a nuestro país como una autoridad en la materia.
Es menester de Hoy Novedades, como un medio que aporta a la discusión del cine nacional y extranjero, alzar nuestro reclamo ante la poca colaboración de los distintos órdenes de gobierno para mantener este espacio de diversidad y de crítica que también permite que México sea bien visto hacia afuera.
Pareciera que el enfoque principal de este administración es que México se levante de entre las cenizas mediante políticas públicas que solo transforman entes policiales en civiles bajo el margen de la simulación. Ahora, se espera que la presión que la comunidad cinematográfica de este país pueda lograr que esta anulación quede atrás y que abra pie a nuevos y más grandes espacios de discusión para la promoción del séptimo arte.
HOY NOVEDADES/EDITORIAL