Se dice por ahí que la publicidad es peor que el diablo, porque al menos el diablo te vende la verdad, y al parecer esta frase quedó corta a los creativos de publicidad de SEARS —perteneciente a grupo Carso— que, en un intento de inclusión, su publicidad resultó ofensiva y con poco tacto.

 

Su campaña visual muestra a una mujer de cabello rubio volteando hacia el lado contrario de donde está otra mujer de menor estatura y tez morena; la segunda imagen es un chico de tez blanca mirando hacia abajo en dirección a una mujer de menor estatura de piel morena.

En un país donde existe una brecha de desigualdad escandalosamente alta, donde el 1 % de la población posee el 43 % de toda la riqueza, este tipo de publicidad muestra la falta de tacto y sobre todo el menos precio de los grandes problemas sociales que aquejan al país.

 

No hay duda que para que los magos del marketing la desigualdad es sólo tema de moda, lo que su público objetivo habla y lo que necesitan meter a la fuerza para que vender, obviamente, y no con el objetivo de vender la verdad, sino para hacer más rico al rico.

 

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