Su plan sigue siendo armar a los profesores y crear una comisión federal que se apoye en el FBI.
El presidente apuntó que debido al poco apoyo político que recibió la propuesta en el Congreso esta labor le corresponde a los estados y no al gobierno federal.
El fácil acceso que tiene los estadounidenses a las armas de fuego y los constantes tiroteos en las escuelas de ese país han sido temas que impulsan el debate sobre la regulación desde hace años. Lo más reciente en este sentido ha sido la propuesta de subir de 18 a 21 años la edad legal para poder adquirir cierto tipo de armas, no obstante, mandó a la congeladora tal iniciativa.
La semana pasada el presidente se reunió con integrantes de la Asociación Nacional del Rifle (NRA) y, desde ese encuentro, tomó distancia con la propuesta. Para no romper con la costumbre, Trump se manifestó sobre el tema vía Twitter: «Sobre los límites de 18 a 21 años, observando los caos y los fallos antes de actuar. Los estados están tomando esta decisión. Las cosas están moviéndose rápidamente sobre este tema, pero no hay mucho apoyo político».
Sin embargo, sigue con la idea de armar a los profesores además de mejorar la revisión de antecedentes penales y eliminar la conversión de fusiles en armas automáticas. «Maestros con experiencia altamente preparados podrán llevar armas ocultas, los guardias armados también», acotó Trump.
Charles Schumer, líder del partido republicano en el Senado, señaló: «Estos pasos son pequeños cuando la epidemia de violencia armada en este país exige que se tomen pasos gigantescos». Agregó que impulsarán «verificaciones universales de antecedentes y un debate sobre la prohibición de armas de asalto».
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