Los principales actores políticos de las distintas corrientes se levantaron tempranito para llegar a las urnas y, acompañados de los medios de comunicación, emitir su voto.
A pesar de no tener tanta carga mediática, también se realizaron elecciones en los estados de Nayarit, donde se vota para renovar Congreso, algunas alcaldías y gobernador; así como en Coahuila, en donde se renuevan los mismos cargos. Mientras que en Veracruz, se renuevan las 212 alcaldías existentes.
En cada uno de los estados, la FEPADE deberá hacer lo propio respecto a las diversas cuestiones en las que se ha infringido el derecho al voto. Como la situación en la que las rejas de escuelas fueron soldadas para que no pudieran instalarse las casillas, balaceras desde la noche anterior, la compra de votos, la denuncia de representantes a otros, etc.
Los tres estados cobran relevancia porque marcan el mapa político de cara a las elecciones de 2018, en las que se elegirá al presidente de la República que sustituirá al impopular Enrique Peña Nieto. El hecho de ganar o no un estado puede tener grandes consecuencias. Ya lo hemos hablado en este espacio, los partidos políticos, fueron a los comicios en el Estado de México para medir su fuerza rumbo a las elecciones federales, sin embargo, en el resto de los estados se plantean ideologías distintas.
En Nayarit, por ejemplo, la coalición PAN-PRD, con su candidato Antonio Echavarría García, encabezaba la preferencia del electorado, muy por encima de Manuel Cota Jiménez, candidato del PRI, quien se vio rebasado por una gran cantidad de votos en las encuestas llevadas a cabo antes de los comicios.
Así, esta coalición sigue sembrando victoria, sumándose a las conseguidas el año pasado cuando se llevaron a cabo comicios en algunas entidades, yendo como alianza cinco y resultando ganadores de tres. Una gran victoria, sin duda; ya que posterior a ello, se dio el cambio de dirigencia nacional del PRI, que en ese momento estaba a cargo de Manlio Fabio Beltrones y que, posteriormente, obtuvo Enrique Ochoa Reza.
Ahí, una primera victoria por parte de la alianza. Ahora, Humberto Morerira, quien reside en Coahuila, a pesar de haber sido expulsado del partido que lo hizo gobernador en aquella entidad, ha señalado que si el PRI pierde en alguno de los estados que se encuentran en comicios, debe dejar la presidencia nacional.
Justamente en Coahuila, el partido que permanecerá desde el palacio de gobierno, será el PRI, esto con el candidato Miguel Riquelme, quien, de acuerdo a las encuestas, se encuentra sobre el candidato del PAN, Guillermo Anaya.
Esto también representa una victoria para el PRI, aunque no es equivalente para nada a la «Joya de la corona», ya que esta entidad es una de las que más tradición partidista representa.
Por otro lado, se encuentra Veracruz, donde se eligen las 212 alcaldías, situación cuya repercusión no se verá ahora, sino hasta el año entrante, cuando se lleven a cabo las elecciones para elegir gobernador en dicho estado. Las alcaldías marcarán, pues, la tendencia política del estado, quien dejó el año pasado la tradición priista luego de que Duarte dejara la gubernatura para que Miguel Ángel Yunes, de la coalición PAN-PRD, tomara su lugar.
Así pues, se espera que los triunfos de estas elecciones sean repartidas entre los diversos partidos políticos, pero tendremos que esperar a que el PREP haga lo suyo y, posteriormente, analizar el panorama político rumbo a 2018.
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