ESPÍA VS ESPÍA, DE PEGASUS A MORENO VALLE
ESPÍA VS ESPÍA, DE PEGASUS A MORENO VALLE

 

  • ¿Bueno?
  • Hola, soy yo, ¿ya vas para allá?
  • Sí, allí te veo.
  • Sale, yo también ya voy en…

 

  • «Shhh, silencio, se van a dar cuenta».

 

  • ¿Dijiste algo?
  • No, yo no, te decía que estoy bien, ¿y tú?
  • Bien, estaba a punto de sal…

 

  • «Que te calles, tenemos que saber a dónde va».

 

  • ¿Perdón?
  • No, nada, creo que hay interferencia, se está cruzando otra llamada.
  • Sí, debe ser eso, entonces te veo frente a la fuente en una hora.

 

  • «No lleven a los niños, no lleven a los niños, por favor».

 

  • ¿Mande?

 

  • No, nada, ahí nos vemos.
  • Ok, ahí te veo, ¿vas a ir con alguien?
  • Con mi esposo, los niños se quedan en casa.

 

  • «Perfecto, van a dejar a los niños solos».

 

  • Bien, nos vemos ahí.

 

  • «Muy bien, ya van de salida y dejan a los niños, vamos por ellos, cuando regresen y no encuentren a sus hijos, se van a morir del susto».

Esto es mera ficción, la llamada no fue real, pero imagínense que, cada vez que hablan por teléfono, haya alguien del otro lado, en una tercera bocina, que esté escuchando sus conversaciones, desde las más simples hasta las más privadas.

Lamentablemente, si bien la llamada que acaban de «escuchar» anteriormente fue inventada, el espionaje no lo es, y en México ha llegado a grados increíbles, incluso lamentables.

Y es que basta recordar el caso Pegasus, un programa que adquirió la Procuraduría General de la República hace unos meses a la compañía fantasma Grupo Tech Bull S.A. de C.V., y el cual, se sospecha que pudo ser utilizado para espiar a los ciudadanos mediante sus teléfonos, pues con este malware, la PGR bien pudo haber escuchado (hasta grabado, ¿tal vez?) aquella llamada que usted, su pareja o sus hijos pudieron haber realizado, y vaya usted a saber de qué se enteraron.

Lo peor de todo es que, supuestamente, la adquisición de este programa fue para combatir el crimen organizado, pero, irónicamente (pues dicho sea de paso vivimos en el país de la ironía), Pegasus, como ya se dijo antes, fue comprado por una cantidad de 544 millones de pesos a una empresa que habría violado las leyes. El crimen combatiendo el crimen, o, parafraseando a la novela El exorcista, el mal contra el mal.

Y es que hasta el momento la PGR no ha dado explicación alguna ni mucho menos una solución, pero eso no es lo peor de todo, sino que, recientemente, se ha dado a conocer el supuesto espionaje de Rafael Moreno Valle a otros funcionarios, entre ellos, (vaya uste’ a creer) hasta el mismo Peña Nieto y su gabinete.

Sin embargo, resulta más agraviante el hecho de que ahora Rodolfo González, excolaborador del supuesto centro de espionaje que Valle habría instalado, y que habría sido operado por el diputado Eukid Castañón, ha solicitado a la PGR que le den protección, pues teme por su vida.

Y es que, asegura, en el mandato de Moreno no solo se gravaban las llamadas, sino que «se detectaba y eliminaba a ciudadanos y políticos».

Además, el senador Miguel Barbosa mencionó que, con los reportes que esta persona entregó, se incluyen elementos que, efectivamente, evidenciarían que el grupo que operaba para Valle llegó a cometer asesinatos.

De ser esto cierto, ¿cómo sentirse seguros cuando el mismo gobierno espía y elimina a sus ciudadanos?, bueno pues…shhh, creo que escuche algo al otro lado de la línea, mejor aquí lo dejamos.

Israel Yerena

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