ESTADOS UNIDOS VIENE, MANDA, NEGOCIA Y GANA

Por César J.G.

Si al mexicano algo le enoja es que alguien ajeno a su contexto llegue a decirle qué hacer. Sin embargo, y para sorpresa de muchos, el gobierno mexicano no opina lo mismo, ya que desde que el ahora presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, hizo una visita de precampaña a la residencia oficial de Los Pinos, para reunirse con Peña Nieto, llegó y movió cuanto quiso.

Aquí la situación de servilismo deriva en que no sólo él viene y «hace y deshace», sino que también, meses atrás, el secretario de estado Rex Tillerson y el secretario de seguridad nacional, John Kelly, llegaron al país a hablar de asuntos de seguridad fronteriza, cooperación en asuntos de seguridad y comercio, entre otros.

Sin embargo, la situación que alteró a todos, es que se esperaba que la visita durara hasta el día siguiente, no obstante, esa misma noche del jueves 23 de febrero, al concluir la reunión con funcionarios federales, ambos miembros del gabinete de Trump abordaron su jet y así como llegaron, se fueron.

Esta situación no dejó para nada un buen augurio, ya que de inmediato se comentó que la situación que más preocupaba a ambas partes, a unos por las negativas ante una posible negociación y a otros por la desesperación de lograrla, fue el Tratado de Libre Comercio, lo cual conlleva, temas de seguridad y narcotráfico.

Ahora, Tillerson se presenta en Washington y anuncia que su país está listo para la renegociación de dicho tratado comercial, por lo que el secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong y el secretario de relaciones exteriores, Luis Videgaray Caso, asistieron puntuales a la cita para congratularse por el tremendo favor que el gobierno estadounidense le hace a las políticas y reformas neoliberales establecidas desde hace tres sexenios atrás y para los cuales, Carlos Salinas de Gortari, firmante del TLC, sentó las bases en los 90.

El señor Tillerson se vio preocupado por la violencia que atraviesa México y señaló en repetidas ocasiones que el narcotráfico es un mal que aqueja a ambos países: a México como productor y consumidor (relativamente) mediano y a Estados Unidos como principal consumidor de drogas. Para abordar las temáticas en rubros de seguridad, el secretario de estado enunció el asesinato contra el periodista Javier Valdez, corresponsal de La Jornada y cofundador del semanario RíoDoce, quien fue asesinado a balazos por abordar constantemente en sus columnas y libros temas relacionados al narcotráfico.

Está situación, trauma estadounidense desde hace años, ha llevado a ambos gobiernos a crear estrategias de seguridad absurdas y mal ejecutadas como la conocida «rápido y furioso», la cual consistía en qué Estados Unidos se las arreglaría para vender armas en la frontera con México y correspondería a las fuerzas de inteligencia de ambas naciones darles seguimiento y atrapar a los rufianes, «cosa fácil», decían. El resultado de dicha operación es que las armas se perdieron y ahora circulan en México asesinando inocentes.

La principal preocupación de las autoridades federales estadounidenses radica en que la consigna del actual gobierno es promover políticas proteccionistas, pero quieren aprovechar la coyuntura respecto a lo que el gobierno mexicano tiene que ofrecer, y a su vez, la razón por la cual Chong y Videgaray actúan como unos verdaderos «lame botas» es que temen que el gran pacto comercial firmado años atrás se pierda, lo que sería un retroceso para el camino económico que persiguen quienes manejan al país. Entonces, lo que se espera de esta renegociación augura una situación aún más preocupante, ya que la clase política tendrá que aceptarla sí o sí, bajo las condiciones que más le convengan a la potencia económica más fuerte del mundo.

Y sí, la clase política se encargará de decir que se hizo lo mejor que se pudo y lo que se obtuvo, es una gran dádiva.

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