«ESTÁN VIENDO Y NO VEN…» CEGADOS ANTE LA OLA DE VIOLENCIA. FOTO: ESPECIAL

El problema que cada vez carcome más a nuestro país, por increíble que parezca, no es el lavado de dinero de la familia Vázquez Mota o que a la líder Nacional del PRD, Alejandra Barrales se le haya olvidado que tiene un departamento de casi un millón de pesos, sino el binomio corrupción-impunidad que ha gobernado a México desde hace décadas y que se extiende en el comportamiento social, desde la adolescencia.

Lamentablemente, los «políticos», en estos momentos y casi siempre, se encuentran con los ojos clavados en  acciones que les darán «chance» de seguir robando, como lo son las elecciones a la gubernatura del Estado de México este año; otros, como lo ejemplifican  Andrés Manuel López Obrador y Margarita Zavala, ya han comenzado a realizar su precampaña rumbo al «trono» en 2018, por lo cual se ciegan y no pueden notar toda la violencia que nos rodea junto con la impunidad que nos está comiendo poco a poco.

Un claro ejemplo es el caso de «Los Porkys», el cual comenzó el 2 de enero de 2015, cuando los cuatro amigos de dicha pandilla, integrada por hijos de familias adineradas de Veracruz, salieron esa noche de una discoteca. Se subieron a un coche negro, propiedad del padre de uno de ellos y obligaron a la víctima a acompañarles, según su testimonio. En la parte trasera del vehículo, Cruz y otro amigo, Jorge Cotaita, abusaron de Daphne Fernández, según la víctima. Y al llegar a la casa del cabecilla de la pandilla, Enrique Capitaine, hijo de un exalcalde veracruzano, la chica fue presuntamente violada.

Lo anterior se suma a la lista de violencia de género, repleta de casos que  han ido en incremento en México, de la mano con la impunidad por parte de las instituciones para dar soluciones a estos hechos, ya que el caso «Porky» se unió a la corrupción y falta de justicia, ahora con el amparo que le han dado a Diego Cruz, debido a que no encontraron pruebas fidedignas para «asegurarse» de que, realmente, violó a la víctima. Pero qué podemos esperar de Veracruz, si entre fosas clandestinas, matanza de periodistas o casos como este, el exgobierno corrupto del aún prófugo Javier Duarte no se hace uno.

Con todo lo que se vive en la actualidad, al parecer el cáncer que está matando al país se llama «Poder Judicial» (abogados, ministerio público., fiscales, jueces, magistrados, etc.) y, por supuesto, la CNDH. El gobierno no hace nada para erradicar esto, que si hay violencia hacia las mujeres, proponen separación en el transporte público, que no funciona, pues regalan «silbatos» a mujeres para que los usen en «modo de defensa» por cualquier cosa, pero no hacen nada por analizar el problema y conocer lo que realmente desemboca esto, para, después, proponer estrategias educativas que ayuden a erradicar estos comportamientos tan arraigados en la cultura mexicana.

Es curioso analizar el nuevo modelo educativo en torno a este tema, porque una reforma no debería enfocarse sólo a la evaluación docente, a la infraestructura y las nuevas tecnologías incluidas en los planes de estudio, sino también proponer estrategias y modelos educativos que erradiquen la violencia desde las aulas, que vuelvan conscientes a los alumnos de la corrupción e impunidad que también pueden presentarse en situaciones cotidianas, ya que no sólo la televisión o el internet son los incitadores y difusores de la violencia, pues una parte primordial de esta desestructuración social parte de los núcleos sociales en los que convivimos: familiar, escolar o laboral. Sino pregunten a los padres de «Los Porkys», que hacen todo por tener a sus hijos en libertad, sin que les importe pasar por encima de los derechos y la salud de Daphne Fernández.

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