La situación de feminicidios continúa y sigue en aumento dentro de nuestro país. En los últimos dos meses se han dado lamentables ejemplos, como las violaciones suscitadas dentro del transporte público en el Estado de México: en una de ellas, Valeria, la menor que vivía en Nezahualcóyotl terminó muerta, y Diana, de 16 años que fue violada mientras se trasladaba en una combi, en el municipio de Los Reyes, La Paz.
Pero no solo es en esa entidad, sino también en la capital del país, ya que existe el caso de la joven violada cerca del paradero Taxqueña y qué #EnDefensaPropia provocó una herida mortal a su atacante. También esta el caso en la delegación Gustavo A. Madero, donde una joven fue asesinada y envuelta en bolsas negras a las afueras de su domicilio.
Pese a que en el país existen siete Alertas de Violencia de Género contra las Mujeres activadas y hay otras 17 solicitudes para decretarlas en estados donde se tiene una alta incidencia de este delito, los esfuerzos por frenar o decrecer las estadísticas parecen infructuosos, porque lamentablemente hoy en día no existe algún protocolo para evitar estos actos, solo se enfocan a las «soluciones» después de haber sido violentadas, método que no es eficiente, pues en la mayoría de las veces todo termina en deceso.
Ahora bien, el caso que ha regresado a los reflectores es el de Lesvy Berlín, suscitado en las inmediaciones de Ciudad Universitaria, debido a que la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México dio orden de aprehensión al novio de la víctima, debido a que en los vídeos se nota cómo presenció el «supuesto» suicidio en CU. Sin embargo, familiares y amigos refutan esta decisión, puesto que, aseguran hay evidencias de feminicidio en los videos, en los que se nota que su acompañante (novio) la golpeó antes de que ella falleciera.
Tristemente, debido a la falta de credibilidad que poseen las instituciones, la sociedad ya no se queda con los brazos cruzados, esperando a que ellos solucionen un caso como este, por ello comenzará la polémica entre las pruebas «verídicas» de la «honorable» Procuraduría para determinar si realmente fue o no feminicidio.
Cabe mencionar que en su momento se dictaminó que Lesvy se había suicidado en una caseta telefónica, donde presuntamente se asfixió con el cordón del teléfono, sin embargo, es necesario resaltar que suena ilógico dicho suicidio, puesto que las cuerdas de los teléfonos públicos son demasiado cortas para amarrarlas alrededor del cuello, además de la altura de la cabina que no es tan elevada para que el peso de una persona pudiera ocasionar el ahorcamiento.
Al respecto, la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim), dentro del Código Penal Federal, detalla que el feminicidio se encuentra tipificado en el artículo 325, el cual establece que:
«Comete el delito de feminicidio quien prive de la vida a una mujer por razones de género». Por ello se consideran como feminicidio situaciones como cuando la víctima presenta signos de violencia de cualquier tipo, ya sea que presente lesiones o mutilaciones; que haya antecedentes de violencia en el ámbito familiar o laboral; que haya existido entre el activo y la víctima una relación sentimental, afectiva o de confianza; la víctima haya sido incomunicada o el cuerpo de la víctima sea expuesto o exhibido en algún lugar público.
Esto es solo un ejemplo de la sociedad en la que nos encontramos, donde comúnmente los feminicidios no son investigados y si lo hacen, es porque hay intereses de trasfondo, los cuales no permiten realizar una verdadera indagación y, por ende, las dictaminaciones suelen ser contradictorias a los hechos.
«De acuerdo con reportes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), del año 2000 al 2015 se cometieron 28 mil 710 asesinatos violentos contra mujeres, es decir cinco diarios. Las cifras reflejan un aumento de 85% en estos delitos, al pasar de mil 284 homicidios ocurridos en el año 2000; a dos mil 383, en 2015…»
Por Blanca Cortés
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