El 2018 está a la vista y la clase política de nuestro país lo sabe. Ya estamos en el tiempo en el que los favores y los guiños entre funcionarios y empresarios son el pan nuestro de cada día, llegó el tiempo del famoso sistema de pasar la charola implementado por el Rey Mañas –es decir, el PRI– una vez más.
Porque si bien el Consejo general del Instituto Nacional Electoral (INE) establece los límites del financiamiento privado que reciben los partidos por parte de precandidatos, candidatos, militantes y simpatizantes, es preciso acotar que no hay forma de auditar las aportaciones que pueden ingresar en Tiempos violentos –o electorales– como mejor les convenga manejarlo.
Empecemos por el mero mero: el PRI. Pongamos un ejemplo, es de dominio público que desde el sexenio de Miguel Alemán Valdés (1946-1952) el tricolor ha cobijado –y ha sido cobijado– a la constructora Ingenieros Civiles Asociados (ICA). Los dueños de esta constructora nacieron, crecieron y se reprodujeron con el cobertor de los tres colores, es tan íntima la relación que el mismo PRI, con la preferencia por firmas foráneas de Peña Nieto, la dejó moribunda.
Ahora su lugar lo ocupa la toda poderosa española OHL, quien no oculta sus alianzas con el partido; su fundador Juan Miguel Villar Mir ha declarado sentirse «orgullosos de ser amigo de todos los mexicanos, incluido el PRI». Aunque el mismo personaje aseveró que también ha obtenido concesiones con el PRD y PAN.
Los del blanquiazul son adinerados por nacimiento. Fundado por prominentes empresarios –entre los que se destaca el padre de Felipe Calderón– con aspiraciones políticas. Uno de los ejemplos más destacados es la asociación civil Amigos de Fox, creada en febrero de 1998.
Este grupo surgió con buenas intenciones, tratándose de apegar a las leyes pero en el camino se perdió, y la triangulación de fondos y documentos con transferencias del extranjero que a días de las votaciones Enrique Jackson Ramírez, entonces diputado del PRI, presentó públicamente comprobó el camino chueco que catapultó al empresario con botas a Los Pinos.
Así nos pasamos a la izquierda mexicana o lo que queda de ella: PRD y Morena. El Sol Azteca se alían con el blanquiazul y MC en el Frente Ciudadano por México y eso los mancha un poco más de lo que ya están. En el mismo tenor se encuentra AMLO, quien tras señalar y atizarle a los Amigos de Fox ahora decidió recapacitar – ¿por qué es de sabios, no? – y se ha cobijado bajo la sombra del árbol llamado Lino Korrodi Cruz, uno de los principales impulsores del grupo.
De tal forma que el hecho de querer renunciar al financiamiento público en pro de los damnificados por el sismo no son más que buenas intenciones a medias. Por algo el Ochoa Reza, dirigente nacional del PRI, está tan dispuesto a esta acción. Recursos habrá, no faltará quien quiera apoyar aunque sea desde la sombra – ¿alguien dijo narco? – a su gallo rumbo al puesto que Peña Nieto ocupa. Porque ya falta como un mes para las elecciones, ah no menos, como ocho meses.
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