Enrique Graue tomó protesta para su segundo mandato al frente de la máxima casa de estudios.
El segundo periodo para la administración de Enrique Graue al frente de la máxima casa de estudios se da en medio de protestas (violentas) y múltiples casos de acoso y agresiones contra estudiantes (mujeres en su mayoría) al interior de los diversos planteles educativos de la UNAM: él dice que la rectoría a su cargo «no será conformista o indiferente».
Aunque las palabras del rector Graue Wiechers hacen referencia a los actos vandálicos que se registraron el pasado 14 de noviembre en la torre de rectoría, las protestas contra su segundo mandato lo hacen a cada uno de los hechos de violencia que se produjeron desde el 17 de noviembre, cuando asumió el cargo por primera vez.
Graue asegura que se intimidará ante las amenazas y se actuará en consecuencia a los ultrajes sufridos: «La rectoría a mi cargo seguirá siendo sensata y prudente»; el rector también llamó a estudiantes, profesores y trabajadores a construir una sana convivencia desde el interior de las aulas y reforzar los valores de autonomía y libertad de expresión.
El rector se dice respaldado por el pueblo de México, el Estado mexicano y los universitarios que desean terminar con la impunidad de los actos vandálicos. Le faltó hacer referencia a ese estudiantado y pueblo mexicano que no respalda la violencia en las aulas de la UNAM, pero que sí respalda a los alumnos que han tomado las calles y las oficinas de sus respectivos planteles para protestar por la inseguridad, los acosos, las violaciones y las muertes dentro de la máxima casa de estudios.
En su discurso de toma de protesta Graue vio la UNAM que quiso ver, no la que le exigen atender; vio una de las universidades con mayor historia y prestigio del país, no un grupo de escuelas disconformes con sus directivos y amedrentadas por un puñado de encapuchados que urge identificar y quitarles el cobijo que por años (4 de su gestión) se les permitió.
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