En la histórica Iglesia de San Pedro, en Lucerna, Suiza, la fe y la tecnología han encontrado un punto de convergencia inesperado. A través del proyecto “Deus in Machina”, los fieles tienen la oportunidad de interactuar con un holograma de Jesús, desarrollado con inteligencia artificial (IA), que actúa como confesor. Esta innovación, creada por teólogos e ingenieros de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Artes de Lucerna, ofrece orientación espiritual basada en principios bíblicos.

El holograma puede comunicarse en más de 100 idiomas, lo que lo convierte en una experiencia accesible para visitantes de todo el mundo. Antes de iniciar la interacción, el sistema emite una advertencia clara: “No reveles información personal”, subrayando los límites éticos de esta tecnología.

¿Cómo funciona el holograma de Jesús?

El sistema utiliza algoritmos avanzados que interpretan las palabras del interlocutor para generar respuestas alineadas con el Nuevo Testamento. El rostro digital de Jesús se proyecta en el confesionario, moviéndose de forma sincronizada con su discurso generado por computadora. Esto no solo refuerza el realismo, sino que también facilita una experiencia inmersiva para los usuarios.

Aunque la tecnología está diseñada para ofrecer consejos prácticos basados en la fe, las críticas no han tardado en surgir. Si bien muchos fieles reportan haber recibido orientación útil, otros consideran las respuestas como genéricas o carentes de profundidad espiritual.

Debate ético y espiritual sobre la IA en la religión

El proyecto “Deus in Machina” no pretende sustituir a los sacerdotes, sino abrir un diálogo sobre cómo la IA puede integrarse en entornos religiosos. Según el teólogo Marco Schmid, la iniciativa busca reflexionar sobre las implicaciones éticas y espirituales de esta tecnología. Además, destaca la ventaja del acceso 24/7, algo que no es posible con un sacerdote humano.

Sin embargo, críticos como el profesor Peter Kirchschläger cuestionan la falta de una brújula moral en las máquinas, subrayando que temas espirituales complejos requieren la empatía y el juicio humano. A pesar de esto, dos tercios de los usuarios reportaron una experiencia positiva, lo que demuestra que la IA puede tener un impacto emocional en contextos religiosos.

Con información de medios.

KJCS