La autonomía nos permite organizarnos y determinar nuestro rumbo y condiciones académicas: Graue.
El rector de la UNAM, Enrique Graue, recordó a Javier Barros Sierra, quien encabezó la defensa de la autonomía de esta universidad hace 50 años.
Hoy, hace 50 años, las fuerzas policiales intentaron violar la autonomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) al derribar con una bazuca las puertas del edificio de San Ildefonso, en el Centro Histórico, que en ese entonces albergaba las preparatorias 1 y 3. Ahora, a medio siglo de distancia, el actual rector de la máxima casa de estudios de nuestro país, Enrique Graue, sentencia: «la defensa de esa autonomía sigue vigente».
En la ceremonia conmemorativa del cincuentenario del inicio del Movimiento Estudiantil del 68, Graue Wiechers aprovechó para hablar acerca del entonces rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, quien, tras lo sucedido en San Ildefonso, ordenó colocar las banderas a media asta en señal de duelo y protesta, convocando a una manifestación para hacer pública la indignación en torno a estos acontecimientos.
El Movimiento Estudiantil, explicó, «comenzó con la incomprensión y la rigidez de las estructuras sociales y gubernamentales, comenzó cuando los jóvenes de aquellas épocas tuvieron la necesidad de libertad, de cambiar, de expresarse y aspirar a un mundo distinto, y en México estalló un día como hoy hace 50 años. Tal vez fueron los excesos de la policía en la Ciudadela luego de los sucesos del 26 de julio, tras las numerosas e innecesarias detenciones de estudiantes que le siguieron, lo que produjo que el movimiento escalara con una intensidad y violencia inusitadas».

De esta forma, dijo, San Ildefonso se convirtió en un bastión de estudiantes. Destacó que fue entonces cuando diversas academias se reunieron, sumándose escuelas del Instituto Politécnico Nacional (IPN), así como Chapingo y la Escuela Normal. De ello, emanó el primer pliego petitorio que exigía la desaparición del cuerpo de granaderos, libertad a los presos políticos y la renuncia de los responsables de la agresión y violencia desmedida. Sin embargo, los estudiantes no fueron escuchados y, en contraparte, se respondió con más violencia.
«El día de hoy nos sirve para recordar la valiente defensa de la autonomía que hizo en su momento el rector Barros Sierra, defensa que sigue siendo vigente y nos une a todos, autonomía que nos permite organizarnos y determinar nuestro rumbo y condiciones académicas, autonomía para enseñar, investigar y difundir la cultura, autonomía para administrarnos y elegir a nuestras autoridades, autonomía con la que la universidad enfrenta los embates políticos e injerencias externas a nuestra vida académica, autonomía en voz y palabras del rector Barros Sierra, es nuestro más caro valor».
Recordó una vez más a Barros Sierra, al señalar que hace 50 años, «por nuestra raza habló nuestro espíritu, está en todos nosotros y así deberá seguir siendo, por nuestra raza hablará el espíritu».

En este evento también tomó la palabra el consejero universitario de la Facultad de Filosofía y Letras, Gonzalo Zurita Balderas, quien subrayó que la violación de la autonomía universitaria hace cinco décadas significó la separación de dos mundos: el universitario, en donde la libertad y el conocimiento son los principios máximos; y el de un gobierno negado a escuchar a su población, y que, además, buscaba dominar por medio de la intimidación y la fuerza. Conjuntamente, enunció alguno de los pendientes: «nos hacen falta 43 y miles de personas que han desaparecido».
Por su parte, Gerardo Estrada Rodríguez, exparticipante del Movimiento Estudiantil del 68, expuso: «debemos estar claros y conscientes que todos los avances políticos y sociales no están dados para siempre, son vulnerables; que la historia no solo marcha hacia adelante y que la UNAM, solidaria con la nación, habrá de conservar siempre su espíritu crítico con el poder y la injusticia; porque esa es su vocación, su compromiso y su razón de ser».
En este evento estuvieron presentes Leobardo Lomelí Venegas, secretario general de la UNAM; María Dolores Valle Martínez, directora general de la Escuela Nacional Preparatoria; Mónica González, abogada general de la UNAM y Jorge Volpi, coordinador de Difusión Cultural de la UNAM.

Por: César J.G.
HOY NOVEDADES/MI MÉXICO