El aumento de la visibilidad de las caravanas migrantes hacia Estados Unidos, la crisis político-social-económica de Venezuela y el renacer del nacionalismo americano con la llegada de Donald Trump, no forman parte de la casualidad, sino de un análisis de campaña que llevó al magnate a la silla presidencial.
El pueblo norteamericano no solo ha despotricado en contra de los miles de migrantes que entran (de manera ilegal) a territorio estadounidense, también ha incrementado su deseo de convertirse en los defensores del mundo, los dueños de la razón y la innovación, capaces de derrocar un régimen e implantar uno nuevo.
Desde los rincones más conservadores y nacionalistas de los EUA, no solo se siguen, también se vuelven a difundir, los discursos de odio, contra el pueblo latino, contra las caravanas de inmigrantes que buscan el sueño americano y contra aquellos que ellos llaman (siguiendo la línea de su presidente) delincuentes, pandilleros, narcotraficantes y rateros de los empleos que corresponden a los estadounidenses.
En los últimos días se incrementaron las acciones del United Constitutional Patriots, una organización de pobladores que busca ¾y lo ha conseguido¾ detener a los migrantes que se atrevan a cruzar la frontera sur de EUA, cazamigrantes se hacen llamar, y para provocar terror entre los indocumentados, difundieron una serie de videos en redes sociales.
Si bien es cierto que no han recurrido a la violencia para hacer frente a las caravanas, si han adoptado las posturas rígidas y los discursos de odio del presidente Trump, esos donde abundan los descalificativos y el deseo último es “Make America Great Again”, al costo que sea, incluso por encima de los derechos humanos de otros pueblos; algo que se convierte en un recuerdo doloroso para la humanidad.
Tal parece que nos enfrentamos a una nueva era de la Doctrina Monroe, pero al estilo Donald Trump.
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