LA ESTAFA DE LA QUE TODOS SABÍAN, PERO NADIE QUISO HACER CASO
LA ESTAFA DE LA QUE TODOS SABÍAN, PERO NADIE QUISO HACER CASO

No señores y señoras, no hablamos de «La gran estafa», aquella cinta protagonizada por George Clooney y Brad Pitt en la que un grupo de carismáticos, ingeniosos, inteligentes y guapos estafadores se dedicaban a hacerse millonarios de la forma más divertida, ingeniosa y pulcra posible; no, sino que, en esta ocasión, nos referimos a una de las estratagemas más ruines y grandes del gobierno, pues haciendo uso de diversas empresas fantasma y hasta de universidades, desviaron la pequeñísima cantidad de 7 mil 670 millones de pesos.

Ahora bien, tal vez podamos culpar a nuestros gobernantes y funcionarios de no ser estrellas de cine, carismáticos ni guapos, pero ¡Ah, eso sí!, no los podemos acusar de no ser estafadores…perdón, quise decir ingeniosos; pues haciendo uso de once dependencias federales, el gobierno logró desviar una enorme cantidad de recursos públicos.

Ahora bien, ¿por qué ingeniosos?, bueno, quizá no hayan creado una gran maquinaria para causar un terremoto dentro de un casino y robar las ganancias de éste, tal y como lo hacen en la cinta ya mencionada, no. Sin embargo, lo que sí hizo el gobierno fue una triangulación de dinero mediante universidades públicas, mismas que se quedaban con cierta parte del dinero y después repartían el sobrante a 186 empresas.

Cabe mencionar que de estas empresas, 128 no tenían permitido recibir recursos públicos y otras ni siquiera existían. Ahora bien, ¿qué empresas estuvieron involucradas?, nada más y nada menos que negocios del calibre de la Sedesol, Banobras y Pemex; mientras que entre las universidades están instituciones como las Universidad Autónoma del Estado de México y la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Así, las primeras habrían generado contratos por 7 mil 670 millones de pesos; mientras que las escuelitas públicas recibieron una pequeña cuota por 1, 006, 421, 805 pesitos….ya saben, ahí no’mas p’al chesco por haber ayudado.

Sin embargo, si bien esto es lo trágico, lo risible –aunque no increíble- es el hecho de que ahora resulta que ninguna dependencia ha querido dar la cara y explicar cómo fue que esto ocurrió, o mejor dicho, las (casi nulas) declaraciones que han hecho resultan absurdas, pues apenas unas horas después de que Animal Político –medio en el que originalmente se dio a conocer el reportaje con lujos de detalle- sacara estos trapitos al sol, la Secretaría de la Función Pública (SFP) envió un comunicado en el cual decían que efectivamente tenían conciencia de este desvío y que, por si fuera poco, estaban presentes en las Cuentas Públicas de 2013 y 2014; pero no solo eso, sino que la SFP, o mejor dicho, Arely Gómez, quien está al frente de esta dependencia, asegura que la Auditoria Superior de la Federación (ASF) presentó denuncias contra las secretarías y universidades señaladas, las cuales siguen en curso.

Para que entendamos, lo que Arely Gómez quiere decir, es que si bien ya tenían conocimiento de esto, la SFP hizo lo que le correspondía, o sea, pasar la denuncia a la ASF, que es la que supuestamente debería tomar todas las cartas en el asunto o, aún más resumido, lo que Gómez quiso decir es algo así como «sí, sí, sí, ya sabíamos del fraude antes que todos ustedes, así que ya cállense, porque ya se está haciendo lo que se puede».

Asimismo, este es un caso de suma importancia y que debería de repercutir a nivel nacional en prácticamente todos los medios de comunicación, sin embargo, en aquellos diarios y televisoras (sí, los mismos de siempre) como lo son Televisa, TV Azteca, El Universal, Excélsior, Reforma e incluso hasta La Jornada, esta «gran estafa» no comenzó a hacer ruido sino hasta que otros portales pequeños (sobre todo digitales) y algunos medios internacionales comenzaron a hacerlo público; pues pareciera que este gran fraude no se quería dar a conocer, ¿por qué? Bueno, no sabemos, pero no creemos que sea por miedo a que les quiten publicidad,  tal vez simplemente se les pasó y ya.

De igual forma, el director de Excélsior, Pascal Beltrán del Río, en su twitter escribió que «Por cierto, antes de que me pregunten por qué no nos subimos a la nota de las universidades que simulan contratos…la publicamos en febrero». Es decir, los de la culpa fuimos nosotros por no estar al tanto desde antes.

Sin embargo, este es un tema del que muchos van a querer salir librados y, por ende, van a comenzar a pasar la bolita a otros, por lo cual, seguramente es un tema que (como casi todo en este país) se va a olvidar, pero va a dar mucho de qué hablar en los próximos días.

Israel Yerena

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