LA MIGRACIÓN Y LA REALIDAD ALTERNA DE EPN

El pan de cada día regresa a nosotros, ya que no podemos seguir tranquilos sin hablar, nuevamente, del tema de la migración y qué mejor ocasión que ésta, cuando nuestro «queridísimo» presidente de México, Enrique Peña Nieto, se reunió en la ciudad de San José para celebrar la XVI Cumbre Tuxtla con jefes de Estado de Costa Rica, Colombia, Guatemala y Panamá, así como los cancilleres de Belice, el Salvador, Nicaragua y República Dominicana, afirmando que la agenda más emblemática para ser atendida es sobre los migrantes.

La migración es un problema que no sólo afecta a nuestro país, sino al resto de Latinoamérica y del mundo. Vivimos una era de xenofobia, y nada mejor para argumentarlo que el muro de Trump, que ha creado polémica y desembocado en «roces» entre el mandatario gringo y los miembros de su propio partido. Pero no nos distraigamos, este no es el meollo del asunto, sino la crisis que se vive en los países para que esto provoque una ola migratoria.

En la reunión de Costa Rica, Peña Nieto expresó que, hoy más que nunca, deben atender las causas de la migración «los países mesoamericanos debemos ir al fondo del problema, a su origen, que es la falta de oportunidades».

Está bien, nos queda claro que nuestro presidente (aunque nos cueste creerlo) esta consciente de nuestra situación actual, pero ¿por qué no ha llevado a cabo estrategias que impulsen el desarrollo del país, sin ser paternalista?… Tal vez, los ciudadanos exageramos, ya que, como lo dijo en el Campo Militar Número 1 en Naucalpan, en reunión con militares y marinos:

«Quienes les digan que vivimos en un país que está en crisis… crisis es seguramente lo que pueden tener en sus mentes, porque no es lo que está pasando».

Lo anterior es la mejor parte de la película llamada «El gobierno de Peña Nieto», que ahora se posiciona en el Ranking número uno de su lista de frases célebres de su cancionero de la pena ajena, afirmando que la crisis que estamos viviendo sólo existe en nuestra mente y no coincide con la de los hogares.

El imaginario colectivo ha provocado que la economía familiar fuera ajustada dado los incrementos de la energía eléctrica y del combustible; que el mercado interno se encuentre débil por la falta de ingresos; que los consumidores no confíen en su gobierno y que el salario mínimo se mantenga inferior al umbral de la pobreza (esto de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). Así podría continuar hasta llegar a los tan «queridos » gasolinazos, término que los mexicanos acreditamos cuando el gobierno decidió anunciar un 20 por ciento de incremento en los combustibles.

Esas consecuencias, que no son parte de una ficción, sino producto de las decisiones gubernamentales, han desencadenado la «realidad» (no mental) en la que vivimos, donde miles de personas, desde niños hasta adultos mayores salen de su país en búsqueda de esas oportunidades faltantes que tanto enfatiza nuestro presidente.

Lo curioso es pensar en ¿qué oportunidades nos dará? Sí, aunque el xenófobo Donald Trump no se cansa de decir que seguirá construyendo ese muro para que así dejemos de mandar a nuestros «Bad Hombres», el gobierno mexicano sigue besándole los pies, en vez de buscar nuevas alternativas de gobierno, por algo la canciller de Venezuela Delcy Rodríguez, criticó al gobierno comandado por Peña Nieto, por no hacer nada ante las amenazas del muro fronterizo…. Pero bueno, eso ya es «harina de otro costal».

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