La predisposición y el temperamento
La predisposición y el temperamento

El periodista Jorge Ramos no pudo esconder sus impulsos ideológicos para desmenuzar a uno de los personajes políticos más importantes.

Entrevistar. tr. Mantener una conversación con una o varias personas acerca de ciertos extremos, para informar al público de sus respuestas.

La entrevista es un género periodístico que mucho aporta al intercambio de opiniones y que, en muchas ocasiones, tiene como consecuencia confrontaciones que se escapan de la finalidad del diálogo uno a uno.

Ejemplo de esto último es la más reciente retención sufrida por el periodista Jorge Ramos, quien consiguió una entrevista con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ―hecho impensable para el momento de confrontación que atraviesa dicho país― y a los pocos minutos de iniciada, el mexicano provocó la ira del mandatario al grado que este solicitó les fueran solicitados sus aparatos celulares y el material que se tenía grabado en video sobre el encuentro.

El motivo de esta reprimenda fue que el periodista mostró un video en el que ciudadanos bolivarianos sacaban comida de un camión de basura. El documento audiovisual, que Ramos dijo, fue grabado por él mismo, molestó al mandatario, por lo que retuvo por un espacio de tres horas. Posteriormente, solicitó que el equipo de Univisión fuera deportado.

La entrevista terminó sin respuestas concretas por parte del chavista, quien no supo enfrentarse de manera diplomática ante la crítica de un periodista que ha sido incómodo en distintos momentos y con diversos personajes políticos, principalmente. En su lista de entrevistas, Ramos cuelga medallas adquiridas tras enfrentamientos con Donald Trump y Carlos Salinas de Gortari, por decir solo algunos.

«La verdad no peca pero cómo incomoda», dice un dicho popular mexicano. «Nunca escriba o diga algo de una persona que no se le pueda decir a la cara», establece el decálogo para periodistas ejercido por Miguel Ángel Granados Chapa. Ambos ejercidos por Ramos de manera directa o indirecta sobre el venezolano.

En contraste, el periodista Julio Scherer escribió en algún momento que «Si el Diablo me ofrece una entrevista, voy a los infiernos». Bajo este argumento es que el prolífico fundador de Proceso entrevistó a personajes de la talla política de Salvador Allende; intelectuales como Pablo Neruda; luchadores sociales como el Subcomandante Marcos; y personajes populares como Ismael «El Mayo» Zambada.

En comparación con Ramos, los entrevistados no fueron de «mecha corta», a pesar de la carga ideológica que ostentan. Empero, en el caso del periodista de Univision, no tuvo la habilidad de mantener sus emociones a flote para incursionar en temas duros y de los que podría extraer recursos para desmenuzar al personaje que es Maduro.

La calidad periodística de Ramos nadie la pone en duda, pero quizá la bandera crítica que se ha colgado desde hace varios años no permitió que la entrevista con Maduro sirviera para establecer un momento histórico que, posiblemente, diera pie a la reflexión o al conocimiento entre personajes. En contra parte, permeó la predisposición y el temperamento.

Por César J.G.

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