¿Por qué no se activa la alerta de género en la CDMX?
La lucha contra la violencia de género en la Ciudad de México representará una de las piezas clave en la administración de la próxima jefa de Gobierno de la CDMX.
Pese a la postura del candidato priista, Mikel Arriola, de posicionarse en un segundo lugar que no le corresponde, la mayoría de las encuestas y la evidencia histórica de la Ciudad de México, ponen como ganadora, ya sea a Alejandra Barrales, candidata de la coalición Por la CDMX al Frente, o a Claudia Sheinbaum, una de las figuras más fuertes dentro del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Y no se trata de desigualdad entre géneros, pues el pasado político de la CDMX nos demuestra que los candidatos priistas no son bien aceptados por las corrientes ideológicas dominantes en la ciudad más importante del país. Además, las encuestas ―la mayoría de las que no están en manos de Mikel― ubican a Sheinbaum 10 puntos porcentuales por encima de su más cercana contrincante, Barrales, mientras que el priista aparece, lejano y solo, en el tercer sitio.
Ahora bien, la ciudad se prepara para recibir a su primera mandataria, elegida mediante el voto de los ciudadanos. Cabe recordar que Rosario Robles ocupó este cargo luego de que Cuauhtémoc Cárdenas lo dejó vacante en 1999 para postularse como candidato presidencial, en los comicios del año 2000.
Para la Ciudad de México tener como encargada del gobierno a una mujer sería, sin duda, un avance en cuanto al tema de equidad de género, no solo por el hecho de empatar los cargos que desempeñan dentro de la sociedad, sino por el peso que poseen dentro de sus partidos políticos: una de ellas exdirigente nacional del PRD y la otra exdelegada de Tlalpan.
Ya en sus promesas de campaña, han dejado en claro que una de sus principales luchas será contra la violencia de género; una de ellas incluso (Barrales) denunció, ante la Fiscalía Especializada en la Atención de Delitos Electorales (Fepade), las publicaciones de diversos medios de comunicación que aseguraron, su cargo se debía a la relación cercana que tiene con Jesús Padilla, presidente de la Coparmex.
El triunfo de una mujer en la capital representará el comienzo de una nueva era en la política capitalina, sobre todo por la escalada de violencia que se presenta en la ciudad y la falta de atención a los temas sobre feminicidios, violencia de género, acosos y discriminación, que según las autoridades locales, no son graves.
Y digo «según», porque a pesar de los escabrosos casos que atentan contra la integridad de las capitalinas, la alerta de género sigue sin activarse, ¿será que las condiciones no lo ameritan?
En el artículo 23 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, se menciona que la alerta de género contra las mujeres tiene como objetivo garantizar su seguridad, terminar con la violencia en su contra y eliminar las desigualdades provocadas por leyes que atenten contra sus derechos humanos.
Para el artículo 24, se reconoce que será emitida cuando los delitos contra la vida, seguridad, integridad y libertad perturben la paz social de un territorio determinado y la sociedad así lo reclame; cuando exista un agravio que impida el ejercicio pleno de los derechos humanos de las mujeres y cuando organismos internacionales, nacionales, de derechos humanos o de la sociedad civil lo requieran.
Entonces me gustaría preguntarles a las mujeres, ¿no sienten que sus derechos humanos están siendo vulnerados? ¿Será que la sociedad no reclama el cese a la violencia de género? ¿Es que acaso las dependencias de derechos humanos y Organizaciones No Gubernamentales no se han proclamado al respecto? ¿No existen casos en la CDMX en los que se ha atentado directamente contra la integridad física y psicológica de las mujeres?
¿Por qué entonces no se activa la alerta por violencia de género?
En días pasados, Sheinbaum afirmó que se debe lanzar la alerta de género, «pero no es suficiente. Es indispensable implementar los protocolos y el programa integral (…) Lo primero que tenemos que hacer para reconocer la desigualdad de género es visualizarla», aseguró. Por su parte, Barrales lanzó una propuesta para otorgar mayor empleo y educación a las mujeres, pues según ella, cuando éstas tienen dinero, son libres y no permiten ser sometidas a maltratos.
En este contexto, la semana pasada sucedió un asesinato atroz, aberrante e indignante: madre e hija fueron asfixiadas y apuñaladas en su propia casa, la hija violada; su atacante huyó en el automóvil de las víctimas. No obstante, las autoridades capitalinas decidieron investigar el caso por robo, hasta que, 15 días después, los familiares de las dos mujeres alzaron la voz y exigieron se atendiera el caso por feminicidio.
A la par, la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX emitió su informe de actividades 2017. De enero a diciembre de 2017, se recibieron 378 denuncias, una de cada tres fue presentada por mujeres, y la mayoría de los casos implicaba acoso, hostigamiento, agresión física y despido injustificado.
Vuelvo a preguntar si las mujeres se sienten seguras para salir por las calles de la ciudad, arribar al transporte público y desempeñarse laboralmente sin sentir esa insoportable angustia de alguien que es perseguido solo por ser lo que es.
Ojalá en las campañas electorales podamos escuchar planes contundentes para erradicar la violencia de género, cuestionamientos ante el actuar de las instituciones de seguridad y posicionamientos enfáticos que acusen el cese a la impunidad de los delitos de género. Tal vez sea tiempo para que las dos posibles futuras jefas de Gobierno se den cuenta de que la equidad de género no solo apunta para arriba, las mujeres buscan tener mejores puestos y salarios equitativos a los de los hombres, pero ellas, aquí en esta ciudad, también quieren dejar de ser asesinadas solo por ser mujeres.
Por: Ernesto Jiménez
HOY NOVEDADES/LIBRE OPINIÓN