René Juárez renunció a la presidencia del PRI.
El ahora ex mandatario del partido aseguró que la sociedad ha perdido la confianza en el PRI, por lo cual es necesario adaptarse a los nuevos cambios.
Este lunes y luego de dos meses de haber estado a cargo del partido, René Juárez renunció a la dirigencia del PRI, pasando la estafeta a Claudia Ruiz Massieu. Sin embargo, durante este anuncio el priista dejó en claro que la derrota de este año es el resultado de toda la desconfianza que el instituto político ha generado en la sociedad.
Respecto a esto, Juárez aseguró que «el pasado primero de julio el pueblo de México votó, y decidió alejarnos de manera contundente el respaldo de las urnas. Esta derrota, sumada a las dos de los años 2000 y 2006 nos obliga a preguntarnos cuál es el futuro de nuestro partido; ¿por qué hemos llegado hasta aquí, qué hicimos y qué no hicimos?».
Por supuesto sería algo inocente de Juárez –y de cualquier priista- el no saber responder a estas preguntas, pues tan sólo doce años, de 2000 a 2012, bastaron para destruir toda una hegemonía que data desde la época prehistórica pero, más aún, fueron los últimos 6 años los que pusieron el último clavo sobre el ataúd tricolor.
Y es que en un sexenio que desde sus inicios fue creado como una telenovela, el show siempre estuvo presente. Para comenzar, México quedó a cargo de un presidente que más que líder fue al actor que robó los reflectores, aquel a quien años después se le acusará de vivir en una lujosa mansión pero, más aún, de ser el mandatario que dejará inconclusos temas como la llamada «Gran estafa» y, más aún, el caso Ayotzinapa, en el cual aún hoy en día sigue sin saberse cuál fue el trágico destino de 43 estudiantes.
Así, el PRI termina un sexenio que no sólo está manchado de sangre, sino que se despide de seis años llenos de incongruencias y corrupciones cuyo mejor ejemplo quizá sea el de Javier Duarte. Más aún, pues cómo confiar en un partido que ni siquiera fue capaz de cumplirle a sus «acarreados» incluso antes de que comenzara el actual gobierno, pues no hay que olvidar el caso Monex ni las múltiples quejas de aquellos que recibieron su tarjeta de Soriana sin un solo peso de crédito.
Caos como este y muchos otros más –sin contar los tremendos gasolinazos y la constante corrupción que crece día con día en el país- fueron los causantes de que la sociedad perdiera la poca fe que tenía en el tricolor, por lo que René Juárez asegura que «la transformación futura del PRI debe ser del tamaño de la derrota actual», así que la respuesta a las preguntas que hizo son las mismas que cualquier otro partido debe de llevar a cabo en acciones y no en promesas: luchar por la igualdad, los derechos humanos, la libertad, la seguridad, la salud y la estabilidad economía de sus ciudadanos.
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