SI LAS ACCIONES CORRESPONDIERAN A LOS DISCURSOS…

Ante las constantes agresiones a periodistas perpetradas en los últimos días, el presidente Enrique Peña Nieto presentó la estrategia llamada «Acciones por la Libertad de Expresión y para la Protección de Periodistas y Defensores de Derechos Humanos» con la cual, sostuvo que su gobierno está resuelto a actuar con firmeza y determinación para detener y castigar a los responsables de los asesinatos de periodistas.

Sí, así es, el presidente ha enunciado una vez más las palabras mágicas: «no habrá impunidad», sin embargo, no es posible respaldar esas palabras con acciones.

El periódico La Jornada evidenció el día de hoy que sí existe una comisión en el Senado, la cual, únicamente está conformada por tres personas de tres partidos políticos, no obstante, la situación es aún más grave que eso, ya que, de acuerdo con la información de su actividad, la última iniciativa presentada data del año 2014.

Entre simbolismos y discursos, el presidente Peña pretende terminar con la impunidad y las agresiones a los periodistas, posteriormente, recurre a las propuestas mal estructuradas y con las que, únicamente, él espera haber solucionado los problemas.

Como primer punto, señaló que se fortalecerán la estructura y el presupuesto del Mecanismo de Protección de Periodistas y Defensores de Derechos Humanos. También se establecerá un esquema nacional de coordinación con los estados, así como un protocolo de operación para hacer frente a las situaciones de riesgo contra los periodistas, y se fortalecerá la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión.

Después, puntualizó: «no podemos permitir la censura ni las restricciones a la labor informativa de la prensa (…) una democracia plena requiere que nadie calle su voz (…) no se mata la verdad matando periodistas». Con esto, una vez más, el presidente recurre a la adopción de ideas para mostrarse solidario frente a causas ajenas.

Además, recalcó que cada crimen contra un periodista «es un atentado contra la libertad de expresión y contra la ciudadanía», y afirmó que comparte la exigencia de justicia del gremio periodístico y la sociedad entera, y que «como presidente de la República, actuaremos con firmeza y determinación para detener y castigar a los responsables».

Habría que preguntarle al señor presidente si considera como un crimen contra el periodismo el cese de una corresponsal que evidencia un supuesto «conflicto de intereses». O como en el caso de quien en algún momento se nombró como la nueva cara del PRI, Javier Duarte, quien persiguió a docenas de periodistas, quienes se volvieron víctimas de violencia y muchos de ellos, fueron asesinados. Al respecto, por cierto, el presidente ha anunciado, recientemente, que irá a Guatemala a reforzar las políticas de seguridad, a lo que muchos nos cuestionamos qué acciones concretas realizará contra Duarte.

Los gobernadores que recibieron su mensaje exclusivamente se enfocaron en decir: «Sí, siñor; sí, patroncito», pero no se percatan de que sus acciones no son más creativas, ni más eficientes que las impulsadas por el presidente.

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