Make America Great Again
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Hace un par de días, la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, recortó las perspectivas de crecimiento económico a nivel global, por debajo del 3.5 por ciento para 2019, no obstante aseveró que podría presentarse una recuperación durante el segundo semestre del año, aunque condicionado por dos temas cruciales: Brexit y la guerra comercial (arancelaria) entre China y Estados Unidos.

La incertidumbre financiera provocada por estos dos temas (principalmente) generó una «inestabilidad» en la economía mundial durante el primer trimestre de 2019, por lo que Lagarde solicitó apostar por una «integración comercial» y aminorar las consecuencias dejadas por el enfrentamiento entre ambas potencias mundiales, sin perder de vista el futuro incierto de Londres y Bruselas.

Sin embargo, muy a su estilo, el presidente de EE.UU., Donald Trump, volvió a arremeter contra México y su —asegura— inacción frente al problema migratorio, emanado desde Centroamérica. El mandatario afirmó que impondrá aranceles a la importación de automóviles: «Lo haré. Yo no juego»,  amenazó.

De acuerdo con las intimidaciones del presidente norteamericano, si el Gobierno  mexicano no presenta buenos resultados durante el próximo año, cerrará la frontera sur de su país y dará inició a lo que podría ser una nueva guerra comercial, pero ahora con su vecino sureño.

Quizá a Trump le cayeron mal las declaraciones de algunos legisladores estadounidenses, quienes calificaron con buenos ojos el actuar de López Obrador frente a la impulsiva manera de hacer política de su presidente. Lo cierto es que, de hacer válidas sus amenazas, estas podrían ayudar a incrementar la incertidumbre financiera, ya de por sí endeble; por si fuera poco,  contribuirían al incremento de la rispidez entre México y EUA, en pausa durante la presente administración, pero que alcanzó su punto más álgido al cierre del sexenio peñista.

Si bien Trump alabó lo hecho por las autoridades mexicanas «en los últimos cuatro días (pues) capturaron gente y la devolvieron a sus países», sus constantes amenazas de cerrar la frontera y ahora la imposición de un nuevo arancel, ponen en riesgo no solo su relación con México, también una oportunidad de consolidar un acuerdo comercial benéfico para ambos países.

Tal como lo señaló Lagarde, en la guerra comercial entre China y EUA, «nadie sale ganando. Es una herida autoinfligida», por desgracia, México está lejos de tener las bases financieras del gigante asiático, por lo que en esta nueva posible guerra comercial, sí podría haber un ganador.

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