Marco Antonio fue encontrado este domingo con rastros de maltrato físico y mental.
El joven Marco Antonio fue detenido arbitrariamente y estuvo desaparecido durante casi una semana.
Este domingo se llevó a cabo una gran movilización del Ángel de la Independencia al Zócalo por parte de la juventud de México, quienes exigían una cosa y sólo una: justicia; pero, ¿justicia por qué? Pues nada más y nada menos que por la deplorable situación que vivió Marco Antonio Sánchez, de quien exigieron su pronta aparición, luego de que el pasado martes el joven de 17 años fue detenido arbitrariamente por policías de la CDMX. Afortunadamente el día de ayer el adolescente fue encontrado con vida en Tlalnepantla pero, por desgracia, se le encontraron rastros de maltrato físico y, sobre todo, una gran tortura psicológica.
Apenas se supo sobre la aparición de Marco, el todavía jefe de gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera, salió a las redes sociales para agradecer el apoyo y coordinación de la policía, pues fue gracias a ella que se encontró al joven.
¿Es en serio? ¿En verdad alguien puede jactarse y felicitar al mismo cuerpo policiaco que, aunque todavía no se ha comprobado nada, todo mundo sabe que lo más probable es que ellos mismos hayan sido quienes intentaron desaparecer a este muchacho? Eso es no tener vergüenza, pues si bien las autoridades han dicho que ellos dejaron en perfecto estado al joven cuando lo liberaron, entonces ¿por qué demonios lo liberaron al ser menor de edad? Es decir, aunque lo hayan detenido para luego dejarlo en libertad, tuvieron que haber hecho esto último sólo cuando los padres del joven se presentaran a recogerlo, ya que al tener menos de 18 años éste debió haber sido el protocolo. Esto quiere decir dos cosas: que la policía miente; o que es totalmente inepta hasta para seguir procesos por demás sencillos.
Sin embargo ahora la pregunta es ¿En verdad fue eficaz todo el operativo para encontrar a Marco, o sólo se debió a presión social? ¡Ja! A quién engañamos, sabemos que todo fue gracias a la gente y sus exigencias.
Y por supuesto que no podría ser de otra forma, pues gracias a la presión social, pero sobre todo tomando en cuenta la época electoral que se viene, a ningún partido le conviene generar un descontento en la gente, y mucho menos revivir en la memoria del pueblo otro Ayotzinapa más; pues obviamente si el joven no aparecía se iba a volver a abrir una herida que ya casi estaba cerrada (sí, «ya casi», pues tampoco olvidemos que nuestra memoria es corta).
Es por esto que fue gracias a esta manifestación y al descontento mostrado en las redes («otra vez las benditas redes», dirán las autoridades) que la aparición de Marco Antonio se llevó a cabo, aunque por desgracia, y con un gran coraje en el pecho, vemos que el adolescente está con vida, sí, pero en un estado físico y mental que sólo demuestran que su vida no volverá a ser la misma.
Ahora bien, nunca he sido de conspiraciones, pero ¿no resulta extraño que el joven de 17 años haya aparecido con vida, pero extrañamente discapacitado –física y mentalmente- para hablar sobre lo que le ocurrió? Sólo diré que, quizá, y sólo quizá, al gobierno le convenía que el muchacho apareciera para no cargar con un muerto más antes de entregar el sexenio, pero no les conviene que la víctima sea capaz de declarar.
Sólo esperemos que dentro de 15 o 60 días –tiempo estipulado para que las heridas físicas de Marco sanen y pueda declarar- el joven se recupere tanto en cuerpo como en mente, pues tiene mucho que decir y en sus palabras se esconde un monstruo que el gobierno seguramente teme.
Israel Yerena
HOY NOVEDADES/EN BOGA