José Antonio Meade: culpable por omisión, nunca por corrupción.
Meade decidió ignorar las advertencias sobre las consecuencias que derivarían del contrato entre Pemex y Braskem-Idesa

José Antonio Meade: culpable por omisión, nunca por corrupción.

Proyecto de Etileno XXI causó pérdidas a Pemex por mil 900 millones de pesos, solo  en los primeros 10 meses de operación.

En 19 de febrero de 2010, Petróleos Mexicanos (Pemex) firmó un contrato con el consorcio Braskem-Idesa, filial de la constructora brasileña Odebrecht, para comprar gas en el extranjero y vendérselo a menor precio, por 20 años, de los cuales aún faltan 18.

Parte del contrato celebrado incluía la construcción del complejo Etileno XXI, una de las obras de infraestructura más ambiciosas y también, una de las mayores cartas de presentación de la administración de Enrique Peña Nieto. Sin embargo, en los primeros 10 meses de operación, según las investigaciones publicadas en Aristegui noticias y Proceso, Pemex ha presentado pérdidas por mil 900 millones de pesos.

Para el 19 de abril de 2011, cuando Meade tenía cuatro meses al frente de la Secretaría de Energía, lo cual lo hacía encabezar el Consejo de Administración de Petróleos (CAP), se decidió revisar el contrato. Las principales advertencias, que el ahora candidato presidencial recibió, auguraban un desastre económico para Pemex: pero prefirió ignorarlas.

Ante ello, el Comité de Estrategias e Inversiones (CEI)  presentó una serie de recomendaciones a Pemex, mientras que los consejeros Héctor Moreira rodríguez y Rogelio Gasca Neri consideraron que el proyecto Etileno XXI tendría «implicaciones estratégicas de alto impacto», por importar gas y venderlo en un 20 o 30 por ciento menos a Braskem. A pesar de ello, el contrato jamás se presentó al CAP, por lo cual no se discutió la estrategia a largo plazo y sus inconvenientes.

En respuesta ante las recomendaciones  de los consejeros, José Antonio Meade Kuribreña afirmó: «quería aclarar que no existía ninguna obligación de presentar el contrato de suministro al consejo, por lo que ese instrumento se había desahogado en los términos de la normativa vigente», según refiere el acta.

En otras palabras, el candidato priista a la presidencia no violentó la ley, solo hizo caso omiso al impacto negativo que el proyecto Etileno XXI y el contrato entre Pemex y Braskem representarían a largo plazo para la economía de la petrolera mexicana. De acuerdo a Gasca Neri, se debía suspender el proyecto, pues involucraría 5 mil millones de dólares en los 20 años del contrato.

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