El presidente Enrique Peña Nieto destacó durante una reunión celebrada el día de hoy que la inversión que se realizará en materia educativa no tiene precedentes, ya que forma parte de la reforma educativa pues ella es la base central del desarrollo del país.
Esto, luego de anunciar que se ha llegado a 33 mil escuelas y anunció que se buscará abarcar el 40 por ciento de institutos que presenten deterioro en el país.
Sólo hay que ver escuelas que se encuentran en la sierra de Oaxaca o en la de Puebla, que de manera humilde los niños deben caminar largas rutas para asistir a clases, que en muchas ocasiones tienen lo básico o incluso ni eso: escuelas de adobe, sin techo, sin bancas ubicadas en zonas de pobreza extrema.
No sólo en estados como esos, en el Estado de México e incluso en la Ciudad de México existen escuelas con deterioros, aulas en las que han pasado los años y no han sido mejoradas o cuentan con equipo de cómputo pero no con Internet, tal como se propuso dentro de la reforma.
Asimismo, aún existen las «trabas» básicas de las escuelas, donde piden materiales para trabajar a lo largo del año y no los usan, tal como lo han denunciado no decenas, sino miles de padres de familia. Al final del ciclo escolar, ellos son los que denuncian los abusos por parte de los centros escolares.
Si bien, el presidente Peña declaró que «México está viviendo un proceso de transformación profunda en materia de educación» se debe cambiar la ideología de los mismos, pues si no, serán los mismos padres quienes denuncien la falta de desarrollo e infraestructura, de la cual buscan cambiar la reforma educativa.
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