Parte 1
Por: Aketzaly Ryu
Querido lector, espero concluir mi editorial antes de que mi computador mental sea reiniciado y la conexión a Internet se derrumbe por interferencia. Antes que nada, quisiera recordarte que el año en curso no es 1984, sino 2017, la era del NAZIonalismo estadounidense y la desventura del pueblo mexicano. No lo olvides, en estos tiempos la memoria es indispensable.
El 22 de diciembre, durante las vacaciones decembrinas, el IFT aprobó los nuevos lineamientos para radio y TV abierta y restringida, con el propósito de defender los derechos de las audiencias. Inmediatamente, algunos medios de comunicación mostraron su inconformidad.
Por su parte, el columnista de El Universal, Salvador García Soto, puso en evidencia la retórica de estos lineamientos. Una de sus críticas abundó en que, a partir del 1 de febrero, los medios electrónicos estarán obligados a diferenciar la información de la opinión con cortinillas. Prácticamente el libre pensamiento y la capacidad de análisis de los espectadores están siendo limitados, pues con esta medida no tendremos que masticar la información, bastará con encender el televisor, conectarlo al cerebro, olvidar los procesos de análisis y memorizar a corto plazo. Las audiencias no son capaces de diferenciar las opiniones, eso parece dictar el IFT.
Aunque debo aceptar que me pareció bastante gracioso pensar en noticieros como los de TV Azteca, que seguro llenarán sus transmisiones de cortinillas, pues a menudo observo que la información de notas, políticas sobre todo, cuentan con un sinfín de opiniones y juicios de valor.
Además de cuestionar la capacidad del espectador, el IFT coloca en sus lineamientos dos palabras clave, «veracidad» y «oportunidad». Te recuerdo, querido lector o lectora, que no estamos en 1984, continuamos en 2017.
El primer término quiere decir que la información debe contar con el respaldo de un ejercicio razonable de investigación y comprobación de la realidad. En primera instancia, parece prudente esta determinación, pero qué sucede cuando son las mismas instituciones gubernamentales las que deciden qué cosa sí es verdad. Usa tu memoria, vuelve al pasado y recuerda cuando te vendieron la idea de que el Tratado de Libre Comercio beneficiaría a la economía mexicana, ahora vemos que casi nos hemos puesto la soga al cuello, pues dependemos en un porcentaje mayor al 50 por ciento, de la economía estadounidense, el país que no renegociará tratados comerciales, si Peña Nieto no acepta pagar el muro.
El segundo término… continuará
Recuerda, querido lector o lectora, en esta realidad, no hay un Winston Smith corrigiendo las noticias con tal de que la historia vaya a la par de los intereses gubernamentales de un país próximo a las elecciones de 2018.
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