Nueva dinámica en publicidad oficial
Nueva dinámica en publicidad oficial

La Coordinación General de Comunicación Social y Vocería del Gobierno de la República es justamente una de las dependencias de las que más cojea la gestión actual. Sus dinámicas de comunicación son confusas, vagas y ambiguas en el mejor de los casos. Su titular, Jesús Ramírez Cuevas, se ha metido en serios problemas por la incapacidad del gabinete y del mismo presidente para sincronizar sus comentarios respecto a temas de relevancia.

El día de ayer, Ramírez Cuevas se presentó en la «mañanera» de AMLO para presentar a medios de comunicación un tema que nos compete en su totalidad. Se trata de la Política de Comunicación Social, la cual, plantea ajustes respecto al presupuesto destinado a la publicidad oficial en medios de comunicación.

Ya al inicio de la gestión Lopezobradorista el periodista Arturo Rodríguez de la revista Proceso había preguntado al titular de la dependencia en cuestión si el gasto presentado ante el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) se iba a respetar. Obviamente la respuesta de un optimista Ramírez Cuevas fue positiva y, ahora, aquí estamos, viendo que se ha propuesto un tope aprobado ante el PEF de 4 711 millones de pesos y ahora sabemos que el «límite auto impuesto» será de 5 800 millones de pesos.

El vocero había señalado al inicio del sexenio que se realizaría un análisis del presupuesto destinado a publicidad oficial puesto que era muy probable que si se le retiraba el apoyo a algunos medios, su integridad se vería afectada. Tras estas declaraciones, varios periódicos comenzaron a cerrar sus oficinas y a despedir a sus empleados.

Ahora, AMLO ha dicho que desde la presidencia se garantizará «el derecho a la información como lo hemos venido haciendo». El presidente afirma que en el centro están los ciudadanos y basándonos en ello, ¿Presidencia dará publicidad oficial a youtubers? Como pregunta retórica, respondemos que ojalá no, porque entonces se estaría promoviendo ―sí la diversidad de medios― también a personajes poco críticos y que hasta ahora, no han aportado nada a las discusiones en torno al quehacer presidencial.

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