Tras permanecer recluida tres años, María quien fue torturada por el comandante y agentes de la actual Policía de Investigación de la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo (PGJEH), para que aceptara ser responsable de un homicidio, fue liberada porque el Ministerio Público no comprobó su culpabilidad.
Cabe mencionar que los agentes la golpearon para que se declarara culpable del homicidio de su esposo; sin embargo, ella argumentó que tenía ocho años que no vivía con él, ya que se salió de su casa porque era alcohólico, tomaba mucho y la maltrataba al igual que sus hijos, tanto física, moral y también económicamente.
María fue detenida en noviembre de 2013 y absuelta en septiembre de 2016. Y aunque la sentencia fue apelada por la agente del Ministerio Público, su inocencia quedó confirmada, luego de años de una lucha legal.
Fue el 19 de noviembre de 2013, cuando María salió de su trabajo en la primaria de Damó, ubicada en Tenango, y fue interceptada por tres judiciales que descendieron de un vehículo blanco y empezaron a golpearla en la cabeza con un arma.
A María le amarraron las manos hacia atrás y los pies. La tenían tirada en el piso, le lanzaban cubetas con agua sucia en la nariz y la golpeaban. También la amenazaban con matarla y a sus hijos si no firmaba lo que los agentes querían.
La Comisión de Derechos Humanos de Hidalgo (CDHEH) constató que los agentes retuvieron a María más tiempo del necesario y no justificaron las más de cuatro horas que tardaron en presentarla ante la autoridad competente.
«Dado el tiempo transcurrido entre los hechos de tortura y el examen psicológico realizado a María (un año y cinco meses), se puede establecer que presentaba embotamiento emocional, disminución de la autoestima y desesperanza ante el futuro».
HOY NOVEDADES/HIDALGO