Habría acuerdo antes del 13 de febrero
Theresa May fue apoyada por el congreso, así como por la oposición para no salir de la Unión Europea sin un acuerdo que los pueda orillar a una posible recesión
La primera ministra Theresa May obtuvo el apoyo de los diputados para reabrir las negociaciones con la Unión Europea, luego de votar a favor una enmienda en la que se rechaza que la Gran Bretaña abandone la Unión Europea sin un acuerdo el próximo 29 de marzo.
Dos meses antes de que se cumpliera la fecha prevista para los inicios de la salida de la isla británica de la Unión Europea, el parlamento votó 317 a favor y 301 en contra de una enmienda que se presentó para modificar el texto negociado con la Unión Europea, desde hace 7 meses, haciendo énfasis en el mecanismo para que no se coloque una frontera en Irlanda.
Al respecto Theresa May explicó que «El Gobierno redoblará ahora sus esfuerzos para obtener un acuerdo que esta cámara pueda respaldar», luego de que la legisladora Caroline Spelman presentara la cláusula en la que se evitaría una retirada, en caso de que no se llegue a un tratado en Bruselas, sin embargo, se detalló que no es legalmente vinculante.
«Por ese motivo quiero volver a Bruselas con el mandato más claro posible y lograr un pacto que este Parlamento pueda respaldar», detalló May durante el debate de esta tarde y agregó «El Gobierno redoblará ahora sus esfuerzos para obtener un acuerdo que esta cámara pueda respaldar», además de asegurar que pidió un «mandato lo más claro posible» con el fin de reabrir el dialogo con los líderes europeos.
Del mismo modo, el líder de la oposición, Jeremy Corbyn indicó que existe disposición de su parte para reunirse con la primera ministra y dialogar sobre un acuerdo para el Brexit, luego de varios rechazos previos.
May aseguró que «Negociar tal cambio no será fácil, implicará reabrir el Acuerdo de Retirada, un movimiento por el que sé que nuestros socios europeos tienen un apetito limitado, pero creo que con un mandato de esta cámara (…) puedo lograr tal cambio antes de nuestra salida de la UE».
La propuesta de May se basa en revisar el denominado «backstop» fronterizo entre Irlanda y GB con el fin de que se preserve el acuerdo de paz del viernes Santo, signado entre ambas administraciones en 1998, el cual terminó el conflicto armado entre Irlanda e Irlanda del Norte en el que católicos – republicanos y protestantes – unionistas actuaban de manera paramilitar, por lo que hubo más de tres mil 500 fallecidos.
Sin embargo, la administración irlandesa ya declaró que «El acuerdo de retirada no se encuentra abierto a renegociación.», situación que también replicó el portavoz del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, «Las conclusiones de la cumbre europea de diciembre son muy claras sobre este punto».
May aseguró que antes del 13 de febrero se tendría un nuevo acuerdo y de no ser así, habría un nuevo debate para decidir lo que seguirá tras la posible salida sin acuerdos, ya que de acuerdo con expertos, dicha salida provocaría una recesión en la isla británica.
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