EL PASAR DEL TIEMPO: INEVITABLE, PERO NECESARIO
EL PASAR DEL TIEMPO: INEVITABLE, PERO NECESARIO 2n especial

Hablar sobre el paso del tiempo no es un tema sencillo, pues a muchas personas les parece doloroso, incluso depresivo el no poder controlar una de las dimensiones de la que se han escrito libros y novelas; se han producido series y películas e, incluso, se han basado videojuegos sobre ese transcurrir que a veces se vuelve una carga pesada, que termina deprimiendo a muchos.

Esto se debe, en parte, a que en muchas ocasiones no alcanzamos los objetivos que nos hemos planteado desde niños, ya sea porque son muy irreales o porque los dejamos pasar con las decisiones que tomamos; viajar, descansar, ver una película a veces se tornan intangibles, debido a nuestras agendas que debemos llevar.

Y no solo eso, desde niños estamos acostumbrados a llevar horarios: momentos del día en los que se debe hacer una cosa: tareas, estudio, juegos, dormir y, en un abrir y cerrar de ojos, comienzas a crecer; entonces, se siente como si el tiempo se distorsionara y jugara bromas: A veces se siente como si pasara sumamente rápido o increíblemente lento, días que parecen horas u horas que parecen semanas.

Momentos en los que frases como: «ya no puedo hacer lo mismo que antes» o «antes tenía más energía para realizar ‹x› cosa», suelen aparecer y provocar molestia, incluso rabia en aquellas personas que se han percatado del paso del tiempo.

De acuerdo con estudios de la Universidad de Illinois,  esto se debe a que cuando se atraviesa una situación compleja, pareciera que el tiempo transcurre de manera lenta, por ejemplo, al estudiar, al descargar archivos de la computadora, o mientras esperas a la hora de salida de la escuela o lugar de trabajo; mientras que sucede lo opuesto al experimentar alegría, felicidad y júbilo; por eso, los fines de semana no duran nada en comparación con el resto de la jornada.

El estudio también observó que la conducta del tiempo ralentizado se ve aumentada en momentos de tensión o bajo los efectos de algunas drogas como el LSD; por lo que se llegó a la conclusión de que el cerebro le presta más atención a las situaciones extrañas, lo cual provoca la disminución de la sensación del pasar del tiempo.

Muchas ficciones han realizado trabajos sobre detener el tiempo, sin embargo, todo se queda en el imaginario colectivo; detener el tiempo es prácticamente imposible, pero algo en lo que ha soñado el ser humano desde tiempos inmemoriales, debido a la nostalgia que siente por el pasado.

Al final, el tiempo es una medida que probablemente se haya calculado de manera exacta con relojes atómicos con el mismo pasar del tiempo y gracias a la tecnología, sin embargo, el cerebro es tan complejo que, en ocasiones, se divierte con él o se deprime por el pasar del mismo, no obstante es inexorable ―no se puede evitar― por lo que debemos tener cierta inteligencia emocional para no deprimirnos por el transcurso del mismo, ya sea lento o rápido.

 

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