Querámoslo o no, el PRI-nosaurio continúa siendo un gran partido para bien o para mal, pues así como mucha gente en diversos estados continúa alabándolo, en otras zonas, principalmente en la ciudad, el hastío por el tricolor parece llegar cada vez más lejos.
Pues bien, así como hay gente que hace comentarios del tipo «a nosotros el PRI nos lo ha dado todo», también hay quienes dicen «los verdaderos culpables de que el PRI siga en el poder, son los ignorantes que siguen votando por él». Y sí, podría decirse que ambos tienen razón, pero, ¿por qué?
Podría ser, quizá ―y esto son meras suposiciones mías― debido a que, si bien para los que vivimos en la ciudad nos es más fácil mirar toda la serie de eventos corruptos que hay detrás del partido tricolor, entonces nos es totalmente incomprensible el hecho de que aún haya gente en todo el país que siga votando por ellos en cada elección. Sin embargo, hay que estar conscientes de que México no comienza en la CDMX y termina en el Edomex.
¿A qué me refiero con esto? Al simple y sencillo hecho de que en otros estados prácticamente la única difusión y propaganda es la del PRI, que si bien con un par de tortas y refrescos se ganan a la gente, hay que pensar que quizá esa torta y ese refresco es lo único que el gobierno de varios estados le otorga al pueblo, y ni qué decir de la poca difusión que otros partidos pueden tener para contender contra el tricolor.
De igual forma, quizá haya gente en otras comunidades que se pregunta por qué razón la sociedad se puede quejar tanto del tricolor, cuando es el único partido que, aunque sea con poco, ayuda a la sociedad; y regresamos a lo mismo, pues si estas comunidades pudieran ver la verdadera cara del PRI ―la cual está más expuesta en zonas céntricas del país― quizá pensarían de otra forma.
Sin embargo, es un hecho que la confianza en el Partido Revolucionario Institucional ha decaído demasiado en los últimos años, basta recordar las declaraciones de la diputada federal con licencia, Ivonne Ortega, quien comenta que el principal reto para el PRI en 2018 es recuperar la confianza de la gente, pues dice estar consciente de que, cuando se trata de elecciones, en el mejor de los casos la gente no sale a votar (claro, esto es mejor para ellos), y en el peor, la ciudanía les da la espalda al votar por el partido contrario (como si el PRI fuera el único bueno y al no votar por él se estuviera traicionando al país).
Así, ahora una de las medidas que hace ver al tricolor aferrarse a lo que tenga para no ahogarse en 2018, es que ha decidido cambiar sus estatutos, pues este miércoles retiraron los candados que impedían postular a un candidato a la presidencia que no fuera militante, lo cual quiere decir que están buscando a un ciudadano para ser presidente.
Esto podría verse como un grito desesperado por buscar más aspirantes a la presidencia y que no los bajen de Los Pinos, pero si a fin de cuentas la gente les ha perdonado (¿olvidado, quizás?) la matanza de Tlatelolco, el error de diciembre, la masacre de Acteal, la represión de Atenco y demás, ¿qué les impedirá pensar que el PRI cambió estos estatutos para hacer sentir (creer) a la gente que el partido está más cerca de ellos?
Israel Yerena
HOY NOVEDADES/EN BOGA