Por Federico Reyes

Fechas importantes se dieron a conocer para las llamadas corcholatas y el futuro político de México. En algunos casos, se juegan el todo o nada, puesto que dejarán cargos públicos importantes y en algunos otros, llegan sin muchas probabilidades con la esperanza de que un arduo trabajo los lleve hasta Palacio Nacional.

El 16 de junio será la fecha límite para que los cuatro aspirantes de Morena, Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum, Ricardo Monreal y Adán Augusto López, así como a Gerardo Fernández Noroña, del Partido del Trabajo, y Manuel Velasco, del Partido Verde, renuncien a sus actuales cargos y se apeguen a los estatutos del partido gobernante.

Conscientes de lo vivido en Coahuila, los morenistas se dieron cuenta de que la unidad puede significar la victoria, por ello evitarán todos los roces posibles, y se les prohibió participar en debates públicos, así como descalificar o desprestigiar a otros competidores, tampoco podrán instar a sus seguidores a hacerlo.

No solamente se busca evitar un quiebre interno, tampoco se permitirán intenciones de una candidatura individual, independiente o con otro partido, como bien podría ser Movimiento Ciudadano, o que el Partido del Trabajo y el Partido Verde compitan solos o en coalición con otros partidos, por ello deberán llevar sus actividades sin gastos excesivos ni derroches, además de que les fue prohibido acercarse a grupos de interés y o dar entrevistas a medios calificados por Morena como adversarios a la Cuarta Transformación.

Por otra parte, el 6 de septiembre se darán a conocer los resultados de las encuestas, el personaje que competirá por la presidencia del país. Previo, del 28 de agosto al 3 de septiembre se levantará la encuesta del partido, con hasta 4 encuestas espejo, es decir, cinco encuestas totales.

En teoría, ni el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, gobernadores, diputados, senadores, presidentes municipales, alcaldes y demás con algún cargo público, tanto de Morena como de los partidos aliados podrán apoyar a su corcholata favorita, por lo que se estarían jugando todo o nada.

Considero importante cuestionar, ¿qué harán los 5 perdedores? En teoría van a renunciar y no podrán volver a sus puestos anteriores, ¿tendrán tiempo de reflexión para buscar un nuevo empleo? o planearán su posible candidatura fuera de la 4T.

Estos días veremos el callo, experiencia y colmillo político de las corcholatas, todas con una trayectoria que sacará a relucir las distintas escuelas políticas. Por cierto, hablando de estrategias, Marcelo Ebrard aplicó un madruguete y a mi parecer, dejó un mensaje claro, que cuenta con una estrategia que hasta el momento, ya lo dejó en ventaja en comparación a las otras 5 corcholatas. Fue el primero en renunciar a su cargo y mediáticamente no ha sido molestado, además de que su carta fuerte se hizo realidad, un piso parejo y todos sin cargos públicos.