Tan chacales somos.
Los padres y madres de los 43 estudiantes marchan hoy, con la esperanza de que mañana sepan el camino exacto que llevó a sus hijos a la muerte.
Ya en un plan más relajado, el presidente Enrique Peña Nieto ha dado apertura a la mofa participando con youtubers en escuetos productos audiovisuales o bien sorprendiendo por su «gran astucia» al contestar comentarios en redes sociales, tal y como lo hizo Vicente Fox durante su sexenio.
El presidente guanajuatense fue el primero en dotar a la importante figura presidencial de una personalidad vacua, dejando su verdadero quehacer para presentarse en foros de televisión y participar con la audiencia en el circo mediático.
Podemos decir, entonces, que si una figura presidencial probó las mieles del rating fue Fox. Esta fórmula fue experimentada con éxito tan solo unos años después cuando, de la mano de televisoras y otros medios alineados, promovieron la imagen de un político oriundo de Atlacomulco.
Militante del PRI desde el 84, secretario del CNOP, partícipe de la campaña a la gubernatura de Emilio Chuayffet y Arturo Montiel, ―siendo secretario de Administración de este último― Diputado local por el Distrito XIII y gobernador del Estado de México del 2005 al 2011, Enrique Peña Nieto fue aplaudido y subvalorado por la clase política y la población en general.
Llegó a la presidencia en medio del repudio, resignados los inconformes, emprendió un camino que vislumbraba un futuro poco favorecedor y así fue. Muchas cosas nos deja el priista como presidente: impunidad, casos enigmáticos de injusticia, corrupción y otros lastres, sin embargo también nos ha dejado herramientas que nos permiten investigar, conocer, documentar y reflexionar en torno a esos hechos.
Nos deja la aparición de miembros de la familia presidencial en las llamadas revistas de corte socialite, en donde se muestran sonrientes modelando ropa, posando en la residencia oficial de Los Pinos o en un estudio para posteriormente verlos en Marie Claire, ¡Hola!, Quién, Caras, etcétera exhibidos como glamurosos, viviendo su propio anhelo de ser el punto de atención.
De este encubrimiento son víctimas millones de personas que tienen acceso a cualquier medio de comunicación. No obstante, un mínimo sector de la población se atreve a ir más allá, a optar por lo «alternativo», lo que es, ―supuestamente― lo «no alineado». Se acercan así, a quienes tienen el atino y la virtud de conocer o buscar la verdad. Figuras perseguidas y marginadas de los distintos espacios mediáticos, pero sobrevivientes también de este sexenio.
Entre portadas en revistas y la buena imagen que el presidente quería conseguir, surgen quienes han padecido en carne propia las omisiones de su administración. Quienes han vivido la cerrazón y la mentira del gobierno federal. Quienes han sido criticados por no olvidar, por no perdonar, por caminar, llorar y gritar aunque el cansancio y el desaliento exijan un lugar en su mente, el suficiente para apagar la rabia consecuencia de la incertidumbre.
Los padres y madres de los 43 marchan hoy con la esperanza de que mañana sepan el camino exacto que llevó a sus hijos a la muerte. Con la ilusión de que algún día, se logre desenmarañar el tejido de la mentira.
Por César J.G.
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