Los equipos continúan en pie, se trata de la recta final de la liga y el equipo a seguir busca ganar más seguidores; los aficionados, no se encuentran muy contentos con ellos debido a varias circunstancias, entre ellas, malos manejos de la directiva desde inicios de la temporada, sujetos de saco y pantalón que desfalcaban las arcas del equipo y lo más importante: Las injustificadas bajas de jugadores en el equipo.
Los seguidores, desde temporadas atrás, se escuchan como si cantaran un lamento acondicionado: «Es lo mismo de siempre, nada más llegan a quitarnos todo», refiriéndose a los cambios que temporada tras temporada se realizan para mejorar la calidad del equipo y tanto seguidores como jugadores, vean a su equipo entre los mejores de la liga; sin embargo sólo se queda en eso, palabras.
Desde que se ponen a votación los cambios de directiva, se promete que cambiará el rumbo del equipo: «llegarán mejores jugadores, nos volveremos potencia», «echaremos mano de nuestras fuerzas básicas» es lo que los candidatos a dirigentes dicen, ya sea que estén cerca de algún círculo de los directivos anteriores o lleguen de manera «independiente».
Administrar un equipo no es tarea fácil, se necesita una buena estrategia y un buen grupo de trabajo para que juntos – directiva y jugadores – logren llevar al club de la mejor manera, sin embargo, es también tarea de los aficionados apoyarlos, exigir cuando el equipo no anda bien y ante ello, la directiva debe reconocer que no hace bien las cosas.
Grietas en la cancha, que han provocado accidentes jugadores que jamás vuelven al plantel sin saber por qué, no reconocer que tienes a directivos corruptos que no asumen su responsabilidad por los daños ocasionados, son formas en las que la actual administración no sólo se ve mal, sino incluso va en contra de los propios aficionados y del equipo en general.
Si bien este texto pareciera que se dirige a una directiva de cualquier equipo de futbol, el saco también le queda a la administración pública que ha entregado durante cinco años seguidos un informe en el que acomodan datos a su preferencia, diciendo que todo «lo bueno cuenta», pero también habrá que entender, que tanto en una como en otra, cuando haces enojar a los afectados, pedirán a gritos que se prescinda del grupo de directivos y que llegue alguien mucho mejor que no esté apegado al grupo de personas que administra en la actualidad.
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